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¿Porqué los católicos presentan a Jesús sobre una Cruz? ¿Acaso no ha resucitado?

jueves, 15 de septiembre de 2011.


Algunos de mis amigos de otras denominaciones piensan que el único valor del crucifijo es espantar vampiros. Y encuentro muy interesante que la mitología intuitivamente conozca el significado del simbolismo.
A quienes tienen esta pregunta respondo: Sí Jesús ha resucitado y los católicos honran, oran y adoran a Cristo Resucitado. Sin embargo, para resucitar Él murió en la Cruz, sufrió por nosotros y eso es extremadamente importante por eso los católicos no tienen problema de venerar una imagen de Cristo crucificado. Es desde allí que Él nos salvó.
Tomé esta foto en Guatemala durante un festival en el que canté. 
A muchos evangélicos les encantó "La Pasión" de Mel Gibson. Mel es católico. Su película estaba basada en la Biblia y también en el libro "La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo" de Anne Catherine Emmerich, una mística católica que viviera entre 1774 y 1824. (Puedes bajar la versión en inglés del libro aquí)
Muchos son los evangélicos que han descubierto en sus vidas lo que el catolicismo ha sabido y proclamado por siglos: Hay poder en un encuentro personal con Cristo sobre la Cruz. Jesús desde la Cruz conquistó el pecado, el mal y la muerte. ¡Gracias Jesús por haber muerto tan terriblemente por nosotros! ¡Gracias por habernos salvado desde la Cruz!
Un amigo evangélico me dijo:
"¿Porqué los católicos adoran una cruz? La cruz fue un horrible instrumento de tortura. No hay nada en ella que merezca ser reverenciado. ¡Ustedes se han creado un ídolo!"
El primer problema en su planteo es que los católicos NO adoramos la cruz. Adoramos a Cristo y reconocemos su grandeza y su amor manifestado de la forma más extrema sobre la cruz. La cruz fue un instrumento de tortura pero unido al Cuerpo de Cristo que estuvo clavado en ella toma para los cristianos una connotación diferente, muy diferente. La cruz cobra su significado por la presencia de Jesús en ella. Esto es parte del porqué los católicos frecuentemente representan a Jesús sobre la Cruz. Si alguien quisiera crear un ídolo tendría que remover a Jesús de la Cruz y cambiar la historia.
Personalmente no tengo problemas en usar la cruz con on si Jesús sobre ella porque tiene el valor que tiene cualquier imagen. Su valor no está en el objeto en sí mismo, como lo discutimos en el artículo Estatuas e Imágenes en la Iglesia
Los evangélicos como los católicos también presentan a Cristo crucificado a través del arte. En este caso de la música, son dos tipos de arte pero ambos lo hacen. Cuantas hermosas canciones evangélicas retratan a Cristo sobre la cruz. ¡Eso es grande!¡Alabado sea el Señor Jesús!
Me encantó la escena de la Pasión en que Cristo abraza su cruz y los otros prisioneros se dicen: "míralo está abrazando la cruz". Y esto es cierto, antes de Jesucristo no creo que nadie haya abrazado su cruz pero desde entonces muchos millones de fieles cristianos los hacen: abrazan la cruz de Cristo, abrazando su propia cruz.
"El que quiera venir detrás de mí que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz cada día y me siga" Lc.9,23 cobró pleno significado desde aquel día. Y da fundamento a la visión católica sobre el Sufrimiento
También están los que quieren atacar el uso de la cruz acusándonos de paganismo. Eso lo discutimos en nuestro sitio en el artículo ¿La Iglesia Católica mezcla el Cristianismo con el Paganismo?
Tomé esta foto en Ottawa, Canada
También nos llegó un e-mail diciendo:
"deseo que me ayuden a interpretar lo expresado en Galatas acerca de la cruz y porque hay mucha gente que lo expresa como objeto de maldición así como lo dice Galatas"
Esta pregunta parece apuntar a Gál. 3,13 o a Gál. 5,11
Veamos primero que hay Gal 3,13:
Para comprenderlo hay que mirar el contexto. Para los judíos de aquel tiempo levantar en alto las ideas de un crucificado era en efecto un escándalo ya que la cruz era la forma de castigo más humillante de todas las que existían dentro del imperio romano, reservada para los peores criminales, por eso era entendida como “maldición”. Por eso en Gal 3,13 Pablo dice que :“Cristo se hace él mismo maldición por nosotros porque está escrito maldito el que está colgado en el patíbulo”.
Todo crucificado, quienquiera que sea era considerado un “maldito” por ser criminal, por ser un traidor a la Ley y por lo tanto al Dios Altísimo. Y justamente ese es el gran cambio: Jesús para redimirnos siendo inocente se deja crucificar, pasa por el peor y más humillante de los castigos. Él toma el lugar que le correspondería a un criminal (esto es lo que en una forma figurada quiere decir el "se hace él mismo maldición"). ¿Para qué? Esto es justamente lo que sigue al verso anterior cuando Pablo continúa en Gálatas 3,14 con: Y esto para que la bendición alcanzara a todos los paganos en Cristo Jesús y nosotros recibieramos por la fe el Espíritu Santo” o sea para salvarnos. ¡Él tomó el lugar del maldito y del culpable, el que nos correspondería por nuestros pecados para que en Él recibieramos la bendición, la redención, la salvación!
La cruz en efecto es un antiguo signo de maldición pero con Cristo se transforma en signo de vida, el instrumento de bendición es ahora un instrumento de salvación porque Cristo estuvo sobre ella. La cruz será el foco de la predicación de los primeros cristianos y esto escandalizará a los judíos de aquel tiempo que no alcanzaban a comprender de qué se trataba esto, por eso Pablo va a decir también:
“El mensaje de la Cruz es locura para los que se pierden pero para los que se salvan –para nosotros- es fuerza de Dios. Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia del os inteligentes ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el hombre culto? ¿Dónde está el raznonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sadiduría del mundo es una necedad? En efecto, ya que el mundo con su sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestas su sabiduría, Dios quiso salvar a los que creen por la locura de la predicación. Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría,nosotros, en cambio predicamos a un Cristo cruficificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres y la debilidad de Dios más fuerte que la fortaleza de los hombres”. (I Cor 1,18-25)
Ahora podemos ir a la expresión "escándalo de la Cruz" de Gal 5,11:Esto que él describe en el pasaje de Corintios es el famoso "escándalo de la Cruz” de Gal 5,11. De hecho Pablo se enorgullecerá de generar ese escándalo con su predicación. El escándalo al que se refiere Pablo no es ni más ni menos que el gran revuelo que la predicación de Cristo Crucificado provoca y que genera creyentes por un lado y perseguidores por el otro. Por eso hay que mirar exactamente lo que dice Gal 5,11:
“Hermanos si yo predicara todavía la circuncisión no me perseguirían ¡Pero entonces habría terminado el escándalo de la cruz!
El foco de la carta a los Gálatas es discutir con quienes querían imponer las leyes judías a los conversos del mundo griego. Éstos querían imponer la circuncisión y las leyes judías así como dudaban de predicar la crucifixión porque era políticamente incorrecto y causaría menos problemas para ellos simplemente había que anunciar que el Mesías había llegado pero evitar hablar de la cruz; porque en la mentalidad popular de aquel tiempo un crucificado era visto como un maldito. Pablo está dedica esta carta a explicar porqué están equivocados los que quieren volver a la circuncisión y los que se avergüenzan de la Cruz de Cristo. Dice en (Gal 6,12:) “Los que quieren imponerles la circuncisión sólo buscan quedar bien exteriormente y evitar ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo." Y después seguirá..."Yo sólo me gloriaré en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo por quien el mundo está crucificado para mí como yo lo estoy para el mundo. (Gal 6,14)
No puede estar más claro,la Iglesia desde sus mismos comienzos en los tiempos apostólicos predicó a Cristo Crucificado, valoró la cruz tanto como la resurrección porque las dos son parte del mismo misterio de la salvación. Dejar de lado o restar importancia a la cruz sería romper con nuestros propios orígenes
Y tampoco puede estar más claro que Pablo en la carta a los Gálatas no está diciendo que la Cruz sea una maldición. ¡Todo lo contrario!. Es en la Cruz que Cristo tomó la maldición que nos correspondía sobre sí y entró en la muerte, que es la verdadera maldición que pesa sobre la humanidad, para terminar con ella y así recuperarnos la vida verdadera por la resurrección. Por eso él se gloría en la cruz de Cristo.
Quienes ven a la cruz como un signo de maldición es porque no entendieron que ese leño regado con la sangre de Cristo, sobre el que nuestro Señor agonizó y murió es el medio que Él utilizó para manifestarnos su amor del modo más extremo y sobre todo darnos la Verdadera Vida por eso se ha transformado en la fuente de fuerza y sabiduría


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Nuestra Señora de los Dolores

Nuestra Señora de los Dolores
Bajo el título de la Virgen de la Soledad o de los Dolores se venera a María en muchos lugares, 15 de septiembre


Memoria

Memoria de Nuestra Señora de los Dolores, que de pie junto a la cruz de Jesús, su Hijo, estuvo íntima y fielmente asociada a su pasión salvadora. Fue la nueva Eva, que por su admirable obediencia contribuyó a la vida, al contrario de lo que hizo la primera mujer, que por su desobediencia trajo la muerte.

Los Evangelios muestran a la Virgen Santísima presente, con inmenso amor y dolor de Madre, junto a la cruz en el momento de la muerte redentora de su Hijo, uniéndose a sus padecimientos y mereciendo por ello el título de Corredentora.

La representación pictórica e iconográfica de la Virgen Dolorosa mueve el corazón de los creyentes a justipreciar el valor de la redención y a descubrir mejor la malicia del pecado.

Bajo el título de la Virgen de la Soledad o de los Dolores se venera a María en muchos lugares.



Un poco de historia

Bajo el título de la Virgen de la Soledad o de los Dolores se venera a María en muchos lugares. La fiesta de nuestra Señora de los Dolores se celebra el 15 de septiembre y recordamos en ella los sufrimientos por los que pasó María a lo largo de su vida, por haber aceptado ser la Madre del Salvador.

Este día se acompaña a María en su experiencia de un muy profundo dolor, el dolor de una madre que ve a su amado Hijo incomprendido, acusado, abandonado por los temerosos apóstoles, flagelado por los soldados romanos, coronado con espinas, escupido, abofeteado, caminando descalzo debajo de un madero astilloso y muy pesado hacia el monte Calvario, donde finalmente presenció la agonía de su muerte en una cruz, clavado de pies y manos.

María saca su fortaleza de la oración y de la confianza en que la Voluntad de Dios es lo mejor para nosotros, aunque nosotros no la comprendamos.

Es Ella quien, con su compañía, su fortaleza y su fe, nos da fuerza en los momentos de dolor, en los sufrimientos diarios. Pidámosle la gracia de sufrir unidos a Jesucristo, en nuestro corazón, para así unir los sacrificios de nuestra vida a los de Ella y comprender que, en el dolor, somos más parecidos a Cristo y somos capaces de amarlo con mayor intensidad.

¿Que nos enseña la Virgen de los Dolores?

La imagen de la Virgen Dolorosa nos enseña a tener fortaleza ante los sufrimientos de la vida. Encontremos en Ella una compañía y una fuerza para dar sentido a los propios sufri-mientos.

Cuida tu fe:

Algunos te dirán que Dios no es bueno porque permite el dolor y el sufrimiento en las personas. El sufrimiento humano es parte de la naturaleza del hombre, es algo inevitable en la vida, y Jesús nos ha enseñado, con su propio sufrimiento, que el dolor tiene valor de salvación. Lo importante es el sentido que nosotros le demos.

Debemos ser fuertes ante el dolor y ofrecerlo a Dios por la salvación de las almas. De este modo podremos convertir el sufrimiento en sacrificio (sacrum-facere = hacer algo sagrado). Esto nos ayudará a amar más a Dios y, además, llevaremos a muchas almas al Cielo, uniendo nuestro sacrificio al de Cristo.

Oración: 

María, tú que has pasado por un dolor tan grande y un sufrimiento tan profundo, ayúdanos a seguir tu ejemplo ante las dificultades de nuestra propia vida.

Si quieres saber más, visita la página de EWTN en la cual encontrarás hermosas meditaciones acerca del dolor y las oraciones tradicionales de esta fecha.

Virgen de los Dolores por Jesús Martí Ballester
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El justo vivirá por la Fé

jueves, 8 de septiembre de 2011.
“Más el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retrocedemos para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10.38,39).
Con estas palabras el autor pone en claro que la única manera en que el hijo de Dios puede vivir es “por fe”. Y como él lo ha indicado anteriormente en el mismo libro, esta es una fe que consiste en sujetar la propia voluntad en obediencia a Dios; y esta es una fe que continúa firme hasta el fin. (Heb. 2.1-3; 3.6-19; 4.1,2,11; 5.9; 6.1-22; 10.23-31).-
El contexto de este pasaje es muy útil porque va más allá de ser sólo un principio establecido, y nos da ilustraciones de lo que es vivir por fe. “Tienes que vivir por fe. Y si no sabes de qué se trata, medita en las vidas de estos grandes ejemplos del Antiguo Testamento.” Estos testimonios son dados extensamente en el capítulo 11 de Hebreos.
En primer lugar encontramos que hay mucho detalle en vivir por fe.
Una de las tentaciones que los cristianos confrontan en su relación con otros es la tendencia a estandarizar la vida cristiana. Aquí no los referimos a los pasos que una persona tiene que tomar para hacerse cristiana. Estos pasos, por supuesto, son iguales para todas las personas. De lo que estamos hablando es de las varias maneras en que los hijos de Dios  han  de  servir  a  su Padre celestial. Parece que para muchos hermanos de las iglesias existe sólo un “paquetito” de cosas que hacer, el cual todos tienen que aceptar, con instrucciones de los pasos a seguir: uno, dos, tres, etc..
Generalmente la clase de vida que se exige en el “paquetito” de cosas qué hacer va de acuerdo a lo que esté de moda entre las iglesias. El resultado de esta estandarización es la presión, la competencia, y en muchos casos, el desánimo y la frustración.
El elemento liberador consiste en que aunque todos los personajes mencionados vivieron por fe (Heb. 11), ninguno de ellos duplicó la acción de otros. Por fe Abel ofreció… Noé construyó… Abraham salió… José habló de un éxodo… Josué marchó… Rahab recibió a los espías. La fe en Dios guió al individuo a obrar por Dios en la manera específica que él lo mandó. De manera que aunque Noé no viajó de Ur a Canaán y aunque Abraham no construyó un arca, ambos vivieron por fe en Dios.
En nuestro entusiasmo por hacer planes, proyectos y métodos (y no estamos descontando la necesidad del entusiasmo) recordemos que la entrega a un plan de evangelismo o misiones no debe ser confundido con mi entrega a la Gran Comisión de Cristo. Es posible que otras personas no estén de acuerdo con nosotros en tales asuntos, y sin embargo, ellos pueden vivir una vida de fe. Vivir por fe no consiste en tratar de hacer copias de carbón de la vida de un cristiano en particular. Más bien consiste en el deseo continuo de responder a los mandatos de Dios, según estos apliquen a mi vida, de acuerdo a los talentos que yo tengo a su servicio.
En segundo lugar, una vida de fe implica un conjunto interminable de detalles concernientes a la vida diaria.
A veces escuchamos cierta enseñanza en la iglesia que da la impresión que aboga por una fe que parece el estallido de los motores jet de un avión. Se dice que si la persona tiene fe realmente, nunca dejará de hablar de ésta en excitantes términos de victoria.
De nuevo, creemos que es importante el estallido de los motores de un jet. Sin embargo es conveniente considerar lo que va de por medio. Considérese el caso de Noé. Dios le previno del diluvio de le prometió que él sería salvo. Y es cierto, Noé y su familia fueron salvados del diluvio. ¡Esto es emocionante! Claro, pero desde que la palabra de prevención vino a Noé hasta el día en que el arca se posó sobre el monte Ararat, transcurrieron un buen número de días (quizá unos ciento veinte años). Fueron los días en los cuales Noé construyó el arca. Esta operación requería trabajo diario, duro y ordinario. No creemos que si Noé viviera en nuestra propia época, él fuera considerado un ejemplo del auténtico “hombre de fe”, dinámico y efervescente.
O si no, considérese el caso de Abraham. Recibió la palabra que le señaló que abandonara Ur y que se trasladara a vivir a Canaán, la tierra prometida. Pero Dios no le concedió una alfombra mágica como un servicio rápido de transportación. En vez de eso Abraham tenía por delante cientos de kilómetros que recorrer como nómada, poniendo y quitando tiendas de alojamiento dondequiera que iba. Vivir por fe demanda esa clase de experiencia. (Nota: El factor tiempo en la prueba de la fe de Abraham también se nota en la espera del nacimiento de Isaac. Cuando Isaac nació, Abraham tenía ya cien años de edad. Había esperado 25 años para el cumplimiento de la promesa.) La fe comienza con una iluminación que se basa en la palabra de Dios y que es seguida por largos días de fidelidad en puros detalles ordinarios.
Al juntar la variedad y lo ordinario por un momento, es muy fácil intentar clasificar la fe de otros. Observamos a un hombre que renuncia a un trabajo bien pagado y se prepara para ser un predicador o misionero. Nos quedamos impresionados y decimos: “¡qué fe!” Es verdad, pero a la luz del capítulo once de Hebreos también debemos considerar al cristiano ordinario que vive dando un buen testimonio de su fe, aunque habite en un pueblo de no mucha importancia. Si fallamos en ver esto, perdemos parte del mensaje de las Escrituras sobre la fe verdadera.
En tercer lugar, la fe significa que estamos dispuestos a poner nuestras vidas en las manos de Dios.
Tengo un amigo que usualmente me pedía que le acompañara en su automóvil. Cuando él me pedía esto, siempre evitaba subirme a su vehículo. ¿Cuál era la razón? Mi idea era que él no sabía manejar bien. Su manera de manejar me convenció de que yo no quería arriesgar mi vida en su carro. Hay una diferencia entre una fe de tipo intelectual y aquella fe que lo mueve a uno a actuar con seriedad.
En el capítulo 11 de Hebreos, al igual que en el resto de la Biblia, “por fe” significa una vida de completa entrega a Dios.
Leemos de los personajes que pusieron sus vidas en las manos de Dios. Entraron en su servicio sin ninguna reserva. Expresaron su fe por una completa obediencia a su voluntad. O para decirlo de una manera diferente, su confianza en Dios se manifestó en participar del plan divino. De manera que vemos que Noé, “por fe” construyó el arca, y Abraham “por fe” salió de su tierra sin saber a donde iba.
Sin la participación es excluida de la fe, la fe que nos queda es una fe académica. Por supuesto, la fe posee un contenido intelectual. Hebreos 11.3 hace esto claro. Pero hay muchas personas que piensan muy claramente acerca de varios conceptos, pero no hacen nada en cuanto a los mismos. Su fe no es más que fe en su propia capacidad intelectual, —algo que difícilmente es una fe salvadora. La fe tiene un contenido emocional también. Pero hay muchas personas que son movidas hasta derramar lágrimas, pero nunca son movidas a la acción. En tal caso, la fe termina siendo un mero sentimentalismo.
La fe bíblica junta la mente, el corazón, la voluntad y el cuerpo para constituir un sacrificio vivo para Dios.
En cuarto lugar, la fe por la que los cristianos viven es una fe en Dios.
No parece necesario indicar que se espera que cada cristiano tenga fe en Dios. Sin embargo tal no es el caso. Bajo la influencia de la teoría de auto motivación, el pensamiento positivo y los métodos para el éxito, muchos individuos han llegado a confundir la fe en sí mismos por la fe en Dios.
El Dios en el cual creemos no se descubre por buscar y encontrar “la chispa divina que hay en cada hombre”. El está fuera de nosotros, y es solamente cuando escucharnos la palabra que viene de él, que podemos entrar en una fe de acuerdo al sentido bíblico. El versículo que nos indica “la fe viene por el oír la palabra de Dios” (Rom. 10.17) debe permitir que nos demos cuenta que a menos que tengamos el mandato de Dios revelado en su palabra, no hay posibilidad de que podamos creer en Dios, mucho menos vivir por fe. Dios es el objeto de nuestra confianza, y sólo él puede dar la palabra por la cual puede venir nuestra fe. La fe no es un descubrimiento humano. Es como cualquier otra bendición. Es un don de Dios.
Dios habla y nos invita a confiar en él. Pero vivir por fe no es el encuentro que ocurre sólo una vez en la vida, después del cual uno es sellado para vida eterna. Vivir por fe significa crecer en una obediencia entregada a Dios. También es, como Hebreos lo advierte, una relación que puede ser trastornada por la incredulidad. Resolvamos nosotros a continuar una vida activa y obediente, que se ajuste a la fidelidad misma de Dios.
—Elmer Prout,  La Voz Eterna.
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¿Cómo estudiar la Biblia?

Muchos cristianos hoy en dia estan descuidando una parte fundamental de su vida espiritual como es el estudio biblico. Las ocupaciónes los ajetreos y las preocupaciónes dejan poco o ningún espacio para leer la Biblia.
El método inductivo de estudio bíblico consiste en tres elementos prácticos que se realizan uno después de otro pero que, de alguna manera, se entrecruzan y potencian: Observación, Interpretación y Aplicación.
1. Observación – Responde a la pregunta: ¿Qué dice el pasaje?
Este primer paso establece los cimientos sobre los cuales se edificará el resto del estudio bíblico. ¿Alguna vez ha leído alguna parte de la Biblia y cinco minutos después no puede recordar lo que leyó? Muchas veces leemos la Biblia con nuestros ojos pero no con nuestras mentes.
Esto se debe a que leemos sin prestar la debida atención a la lectura, o que leemos un largo pasaje de las Escrituras y no lo releemos o que, simplemente, creemos que la lectura bíblica se grabará profundamente en nuestras mentes, casi mágicamente, y que nunca olvidaremos lo que leímos.
Por otro lado, debemos ser conscientes de que descubrir qué dice el pasaje toma tiempo y esfuerzo. Es leer con atención, asegurarnos de comprender el significado de cada palabra, saber cómo se relacionan las distintas oraciones y, en definitiva, saber explicar en nuestras propias palabras qué dice el pasaje. Una vez que nos aseguramos de saber lo que dice el pasaje leído, debemos pasar al segundo paso.
En este primer paso, la lectura repetida del pasaje elegido es muy importante. Leer una y otra vez hasta que el pasaje «se haga carne» en nosotros. Cuanto más leamos el pasaje elegido su significado será más claro en nuestra mente.
2. Interpretación – Responde a la pregunta: ¿Qué significa el pasaje?
Es claro que para interpretar cabalmente un pasaje debe basarse en una cuidadosa observación. La interpretación es el proceso de descubrir qué significa el pasaje. Cuando observamos cuidadosamente el pasaje, el significado se hará cada vez más cierto.
Es evidente que una interpretación apresurada puede llevarnos a interpretar mal el pasaje. No debemos suponer sino interpretar. No son mis pensamientos –ni los de ninguna otra persona– sino los de la Palabra de Dios los que tienen que salir a la luz.
A medida que practicamos estos sencillos pasos de estudio bíblico, será evidente que observación e interpretación son dos pasos que muchas veces se convertirán en uno, pues a medida que avanzamos en nuestra observación el significado del pasaje se hará cada vez más evidente. Por lo tanto, podemos decir que la interpretación fluirá de la observación naturalmente.
En este paso preste atención a los diferentes tipos de literatura. Por ejemplo, asegúrese sobre qué tipo de pasaje se trata. ¿Es algo literal o alegórico? ¿Es algo cultural –aplicado a un tiempo y espacio específicos– o es algo general? ¿Es profecía o narración? ¿Es una enseñanza o un evento histórico? Es decir, en este paso debe hacerse todas las preguntas que se le ocurran. ¿Qué pasa en el pasaje? ¿Quién habla? ¿Por qué dice lo que dice? ¿Cómo se hace lo que pide el pasaje? ¿Hay otros pasajes similares en alguna otra parte de la Biblia? Todas estas preguntas y cualquier otra serán claves para interpretar el pasaje. No se canse de «interrogar al pasaje». Las preguntas iluminarán el significado del pasaje.
3. Aplicación – Responde a la pregunta: ¿Cómo el significado del pasaje se aplica a mi vida?
Si bien es el tercer paso que presentamos, la aplicación es lo más importante del método. No solo debemos comprender e interpretar qué dice el pasaje, sino que debemos aplicar la enseñanza aprendida a nuestra vida diaria. La aplicación es el objetivo del estudio bíblico.
Una vez que comprendemos un pasaje bíblico, somos responsables de obedecerlo y vivirlo. Lo que busca el estudio serio de la Palabra de Dios es una vida transformada por el poder del Espíritu Santo actuando en nuestras vidas a través de la Escritura aprendida. A lo que apunta el estudio bíblico es a desarrollar una relación personal con Dios a través de su Hijo Jesucristo.
Recordemos las palabras de Pablo a Timoteo: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra» 2 Timoteo 3.16-17
Ese es el propósito de la Palabra de Dios, que cada persona que interactúe con ella sea enseñada, reprendida, corregida e instruida cabalmente con un claro objetivo: «Que la persona que busca agradar a Dios sea preparada, capacitada para toda clase de circunstancia.»
Cuando sabemos lo que Dios dice, qué significa lo que dice y lo aplicamos a nuestra vida, el resultado es ser una persona mejor para la gloria de Dios. ¿Será esto posible? No solo es posible, sino que es la voluntad revelada de Dios.
Vale la pena repetir que tanto la interpretación como la aplicación se basan en una correcta observación del pasaje bíblico, por tal motivo es de suma importancia que desarrollemos nuestra habilidad de observar cada pasaje bíblico con detenimiento. Esto tomará tiempo y esfuerzo pero vale la pena. A medida que practiquemos nuestra observación creceremos también en nuestra interpretación y aplicación del pasaje bíblico. No nos cansemos de observar cada detalle del pasaje elegido, comparémoslo con otros pasajes paralelos –por ejemplo, si es un pasaje de un evangelio busquemos el mismo episodio en otro evangelio y comparemos nuestra observación. Si es alguna enseñanza de Pablo, busquemos otra enseñanza paralela y comparémosla. Hagamos esto todas las veces que hagan falta hasta que estemos seguros de comprender el pasaje, luego pasemos a la interpretación.
No nos desanimemos si al principio lo resultados no parecen ser tan impresionantes como quisiéramos. Este método resulta de la práctica y cuanto más lo practiquemos más fácilmente aparecerán las enseñanzas.
Nunca olvidemos que la Biblia es la Palabra de Dios por lo tanto seamos siempre sensibles a la guía de Dios en nuestro estudio. Cuando alguna palabra o frase impacte su mente, deténgase y piense la razón, profundice su comprensión del pasaje y atesórelo en su corazón. Quizás Dios desee decirle algo específico. Preste atención. La memorización de esos pasajes que impactaron su vida de forma especial será una ventaja al adelantar en su estudio.
Cuando alguna enseñanza bíblica impacte su vida compare lo que aprendió con su propia vida y busque acondicionar su vida a la nueva enseñanza recibida.
A través del estudio diligente de la Palabra de Dios, bajo la guía del Espíritu Santo, podremos desarrollar la fortaleza necesaria para sobreponernos cuando las tormentas de la vida nos lleguen. Conoceremos más a Dios y podremos descansar en él de una manera más segura. Daniel 11.32 dice: «El pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará».
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¿Porqué los cristianos inmaduros?


La capacidad para entrar  en las verdades espirituales más profundas depende en la fidelidad con la cual el alma ha sido obediente en discernir el bien y el mal en nuestra vida diaria.
Nuestra comunión con Dios depende de nuestra obediencia a Su Palabra, y nuestra obediencia determina cuanta madurez espiritual tiene lugar en nuestras vidas. Si nosotros no actuamos sobre lo que nosotros sabemos que es verdad en la Palabra de Dios, no vamos a crecer en la semejanza de Jesucristo. Tampoco nos moveremos de la “leche” a la “carne” en la palabra de Dios.
Esto es muy simple, si nosotros lo amamos a Él, lo vamos a obedecer. Allí no hay manera de ir alrededor de la verdad espiritual.
El escritor de Hebreos dice cuidadosamente a sus lectores, “Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hechos tardos para oír” (Hebreos 5:11). Las palabras de Charles Williams son de esta manera, “Te has hecho perezoso. Te has  hecho tan lerdo en tus sentidos espirituales. Eres tan lento para entender la verdad espiritual. “
¿Por qué los creyentes bebés se habían hecho tan sordos en su oído espiritual, y lentos, incluso perezosos en adquirir la visión espiritual? Ellos nunca habían progresado de la necesidad de la leche espiritual. “Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado la madurez para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Biblia Reina Valera, Heb. 5: 14).
La madurez produce más madurez. La inmadurez refuerza y conduce a una mayor inmadurez. Usted no salta de la inmadurez a una persona totalmente madura. Los cristianos se hacen maduros espiritualmente“debido a un uso prolongado de sus poderes de percepción ejercidos hasta el punto en que ellos son capaces de discriminar tanto entre lo que es bueno en carácter y lo que es malo” (v.14, Wuest Expanded Translation).
El énfasis está en el progreso espiritual. La pereza impide el desarrollo espiritual. Cuando usted se desvía de la Palabra de Dios, usted comenzará a dudar de él, y usted se convertirá en un “oyente aburrido” Si usted tiene la actitud de que todo lo espiritual es aburrido, usted comenzará un peligroso retroceso hacia la inmadurez espiritual. La Biblia es aburrida. El predicador es aburrido. La lección de la Escuela Dominical es aburrida, y estás muerto espiritualmente. Cuando no hay hambre y sed de la justicia de Dios,  usted esta espiritualmente muerto o en una condición grave.
El descuido de las oportunidades pasadas para poner en práctica las enseñanzas de Dios o las verdades morales resultan en la apatía espiritual. Nos volvemos perezosos espiritualmente e indiferentes a los ruegos del Espíritu Santo para buscar la santidad.
Tanto la leche y la carne se necesitan para alimentarse, pero la primera es para los niños y la segunda es para los adultos.
El cristiano en cada generación es enfrentado por las culturas del mundo. La presión es  constantemente aplicada para que nos ajustemos. “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”(Romanos 12:1-2). Debemos enfocar nuestra mirada en Jesús Cristo que siempre enfrenta cada cultura de cada generación. La carne para los cristianos fuertes trata con los  asuntos difíciles del bien moral y el mal. Este distingue la diferencia entre lo que es bueno y mejor y  mejor y lo mejor.
El creyente maduro espiritualmente por el ejercicio de sus sentidos discierne el bien y el mal y construye a través de estas experiencias un nivel de justicia por la cual ejerce un discernimiento espiritual más maduro.
¿Cómo esta su apetito espiritual? ¿Esta usted hambriento por lo espiritual?
La madurez viene con la práctica habitual espiritual. Nuestra percepción espiritual y el discernimiento llegan a través de la práctica constante.
Cuando ponemos en práctica diariamente la luz espiritual, nosotros ya hemos recibido lo que nos prepara para más verdad espiritual. Nosotros nos movemos de la leche espiritual a la carne ya que obedecemos a nuestro Señor y Maestro.
Selah!
Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin
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Israel: Cumplimiento de profecías


La fundación en Palestina de un Hogar Nacional para los judíos en 1948, electrificó el cerebro de la gente pensante del mundo.  Los logros agrícolas, culturales, científicos, industriales, tecnológicos y militares, de los modernos israelíes, no han pasado desapercibidos ante la asombrada humanidad.
El audaz comando israelí que el 4 de julio de 1976 rescató 103 rehenes de un avión comercial pirateado hasta el aeropuerto de Entebe en Uganda; la destrucción relámpago de un reactor nuclear en las afueras de Bagdad, Irak, el 7 de junio de 19811, y otros actos audaces ejecutados por Israel, han inyectado una dosis fuerte de emociones varias al corazón del hombre universal.  Mientras Israel es para algunos el milagro de la profecía y el cumplimiento de las promesas o pactos que dios hizo con  los patriarcas, para otros el Israel de hoy es una entidad desligada de Dios y divorciada de las intrincaciones proféticas de la Biblia.  Está de moda hablar del “Israel Antiguo” y del “Israel Moderno” como dos entidades diferentes, desarticuladas, sin relación la una con la otra.  Modernamente hay los que consideran un acto de audacia intelectual personal  el poner en dudas el derecho del Israel de hoy a llamarse “pueblo escogido”, y se cuestiona seriamente si la Tierra Prometida al Antiguo Israel le pertenece al Moderno Israel.
Lo que más sorprende es encontrar cristianos destacados comulgando con ideas que ponen bajo escrutinio la moralidad misma de la existencia de Israel como nación.  En su libro “El Horno del Señor – Reflexiones sobre la Redención de la Ciudad Santa”, su autora, cita con profusión las opiniones de los que descalifican a Israel  y quienes ponen en tela de juicio su derecho a una existencia nacional.  La autora, si bien no define con claridad su posición personal, permite creer que está del lado de los impugnadores debido a la abultada carga de sus profusas citas reflejando la opinión de los enemigos de Israel.
Un alegato favorito de ese campo pensante dice que las profecías concernientes al regreso de Israel a la tierra se cumplieron cabalmente cuando en el año 538 A.C.  se produjo el regreso de los judíos de la cautividad babilónica.  El  regreso fue permitido por un edicto del rey Ciro.  Si al lector le queda aunque sea una zurrapita de duda en su cargada mente sobre si las profecías del antiguo Testamento son ‘historia’ o si todavía tienen ‘perspectiva futura’, abra su Biblia al profeta Amós, capítulo nueve, y lea allí los versículos 14 y 15.  Dicen estos versículos así: “Y tornaré el cautiverio de mi pueblo Israel”, -  o como dicen otras versiones – “cambiaré la fortuna o suerte de Israel, y edificarán las ciudades asoladas y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; y harán huertos y comerán del fruto de ellos.  Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo”.
De las diez promesas contenidas en esta profecía, sólo la primera “los traeré de la cautividad”, puede decirse, si se quiere, que se cumplió a cabalidad con el regreso de Babilonia.  En contraste, con el regreso que se ha venido produciendo desde el año mil ochocientos y pico, ha sido evidente el trabajo de los judíos por reedificar y reinstaurar la vida en las ciudades antiguas y asoladas como dice la profecía.  Tan literal ha sido este esfuerzo, que hasta el nombre antiguo ha sido preservado para estas ciudades.  Lo mismo es cierto también de las promesas restantes en esta profecía.  Note con especialidad la última parte del versículo quince:  “Los plantaré sobre su tierra y nunca serán arrancados de su tierra. . .”  Pero . . . ¡Los judíos volvieron a ser arrancados después del regreso de Babilonia!
En el año 70 de la era cristiana, las hordas romanas destruyeron a Jerusalén y el templo.  Tres años más tarde los romanos conquistaron la fortaleza Masada.  Alrededor del año 132 de la era cristiana hasta el 135, se llevó a cabo la última rebelión judía contra los romanos encabezada por Simón Barcochbá.  A raíz de estos acontecimientos, los romanos expulsaron a los judíos de Jerusalén, y les prohibieron regresar allí o encarar la muerte.  Los romanos cambiaron hasta la fisonomía de la ciudad, y le cambiaron el nombre de Jerusalén por Aelia Capitolina.  Por cierto, Israel cesó como nación para convertirse en una provincia romana a la cual llamaron Siria-Palestina.  Esta expulsión comenzó el Galut o Diáspora o dispersión de los judíos que ha duró casi dos mil años.  Los judíos fueron literalmente “arrancados” de la tierra que Jehová les dio.  Es claro, entonces, que la profecía de Amos 9 no apuntaba hacia el regreso de Babilonia sino que Amós hablaba para nuestros tiempos.
Estudiando los profetas del antiguo Pacto, uno llega a la conclusión de que ellos hablaron de dos restauraciones de Israel a su tierra.  La primera restauración tuvo cumplimiento al regreso del exilio babilónico.  La otra comenzó con las primeras olas de inmigrantes venidos de Rusia alrededor de 1882, 1884, y fechas  sucesivas.  Los historiadores judíos hablan de siete aliyahs u olas de regreso y afirman que desde el principio de estas aliyahs en 1882, hasta la fundación del Estado de Israel en 1948, regresaron a Palestina 550.000 judíos.  En los primeros seis años después de la declaración de la independencia de Israel, y la promulgación de la “Ley del Retorno”, 727.00 judíos más ingresaron a Palestina.  Y así  las ‘aliyahs’ han seguido y seguirán sus movimientos ondulantes hasta hacerse completa.
Para fortalecer esta argumentación, citaremos ahora el capítulo 11:11 del profeta Isaías, que lee así: “Acontecerá en aquel tiempo (entiéndase tiempo del fin) que Jehová extenderá a poner otra vez su mano para rescatar las religuias o remanentes o resto de su pueblo que fueron dejadas en Asiria, en el Alto y el Bajo Egipto, Etiopía, Persia, Caldea, y Amath y de las Islas del Mar.  Y levantará pendón a las gentes, y juntará a los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá DE LOS CUATRO CANTONES DE LA TIERRA”.
Note tres cosas sin ir más lejos: primero, el hecho de que JEHOVÁ volverá a extender su mano, es decir, Jehová lo hará una segunda vez.  Segundo, el regreso de Babilonia fue solamente parcial, ya que se necesitó  de una segunda “extensión” de la mano de Jehová sobre su pueblo.  Tercero, los desterrados han estado regresando de muchos lugares, de los CUATRO CANTONES DE LA TIERRA, y de las islas de la Mar Océana y no de Babilonia sólo.  Babilonia (Caldea) es sólo parte del conjunto de naciones desde donde los judíos regresarían.  El carácter de esta ‘aliyah’ de que nos habla Isaías es, pues, universal.  Los profetas Ezequiel, Oseas, Amós, Miqueas, Sofonías, Zacarías y Jeremías armonizan con Isaías en cuanto a que esta última ‘aliyah’ es universal.
En conclusión,  la restauración de los hijos de Abraham a su tierra después de la cautividad babilónica no es la misma que la restauración o regreso universal en ‘aquel  tiempo’, o sea el tiempo del fin.  Por ende, no se puede divorciar a un Israel del otro.  Hay un solo Israel para quien Dios ha prometido una fenomenal restauración en el tiempo del fin.
La Biblia nunca falla.  Lo que ha predicho sobre Israel se ha cumplido en el pasado, se cumple en el presente y tendrá cabal cumplimiento en el porvenir.  La Biblia es un libro confiable porque cumple lo que promete y trae a concreción lo que profetiza.  Por consiguiente, usted le debe un poquito de respeto a este libro.  Debe respetarlo porque también traerá a concreción lo que ha afirmado será la suerte del pecador impenitente.
¿Pecador, dije?
Sí, ¡Pecador!
Estoy hablando de usted y de mí.
Hay, sin embargo, una marcada diferencia entre pecadores impenitentes y los penitentes.  La Biblia afirma que “los malos” o impenitentes serán “¡trasladados al infierno, toda la gente que se olvida de Dios) !” (Sal 9:17)  Pero dice además, que “Dios enseña su amor hacia nosotros en que siendo aún ‘pecadores’, Cristo murió por nosotros” (Rom 5:8).  La ensangrentada muerte de Cristo puede evitarnos la condenación eterna.  Según las Escrituras los pecadores que reciben a Cristo en sus corazones tienen la potestad de llamarse hijos de Dios (Jn 1:12).   Reciba usted ahora mismo a Jesucristo, y participe en seguida de la sagrada familia, la  familia de Dios.  Renuncie ahora mismo al sector de pecadores que se “olvidan” de Dios y que serán trasladados al infierno.  Ingrese por la fe y el arrepentimiento al reducido sector de los pecadores que se “acuerdan” de Dios y que serán trasladados al cielo cuando Jesucristo apareciere.
Por: Mariano Gonzales, Ministerios Audiolit.
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Israel: La niña de mis ojos


Dios ama y su amor nunca se apaga. El amor de Dios no varía, no se destiñe, y nunca pierde ni una millonésima de su intensa frescura. Algunos tropiezan en la Biblia cuando leen que Pablo cita: “A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí” (Rm. 9:13), (Mal. 1:2-3). “¿Cómo puede Dios aborrecer a Esaú? ” se preguntan alarmados. En honor a la verdad, la pregunta que debía hacerse es: ¿Cómo pudo amar Dios a Jacob?
Jacob era hermano de Esaú. Ambos eran hijos de Isaac y nietos de Abraham. Dios concertó un pacto de carácter eterno con Abraham. Tenía este pacto promesa de bendición perpetua para el patriarca Abraham y su descendencia. Uno de estos descendientes, Jacob, desarrolló una intensa relación personal con Dios. Esta relación personal le valió el cambio de su nombre de Jacob por el de Israel. Israel significa “Príncipe de Dios”, mientras que Jacob significa “usurpador”. Con este cambio Jacob subió de grado, ascendió de usurpador a Príncipe de Dios. Jehová honraría su pacto con Abraham a través de sus hijos Isaac, Jacob y los doce hijos de éste. Los hijos de Jacob llegaron a formar las doce tribus de Israel que eventualmente se convirtieron en la nación de Israel.
La historia del pueblo de Israel es la historia más fascinante que jamás se escribiera. Describe paso a paso el trato de Dios con los descendientes de Abraham y de Jacob. Siendo llamado por Dios, Abraham salió por fe sin saber a dónde iba, pero sí, en dirección del lugar que había de recibir como herencia. “Por le fe Abraham habitó en la tierra prometida. Vivió en ella en cabañas con Isaac y Jacob, quienes eran herederos juntamente de la misma promesa” (He 11:8-9). Jacob, por su parte, caminó con Dios tal y como antes habían caminado sus padres Abraham e Isaac.
Dios nunca varió su afecto por los patriarcas o por sus descendientes. Su amor no menguó una onza con el avance de los siglos. Tampoco se desvió ni un milímetro de la promesa que les hizo. DIOS NO CAMBIA. Su amor no se altera con el rigor del tiempo ni por el paso adverso de las circunstancias. Sus promesas son incondicionales y su fidelidad inquebrantable. Hizo su promesa a Abraham independientemente de lo que su descendencia fuera o llegara a ser. Por cierto, los descendientes de Abraham nunca se mantuvieron a la altura de la fidelidad de Dios para con ellos. Jamás correspondieron adecuadamente a los gestos de amor de su Creador. Dios mismo reconoce esta infidelidad cuando describe a Israel como un “pueblo de duro cuello” o “dura cerviz” (Ex. 32:9) y cuando los caracteriza como un pueblo “rebelde y contradictor” (Ro. 10:27). Aún así, su alianza con los padres y con su descendencia continúa inquebrantable, y hasta el desenlace mismo del drama de las naciones, está ligado al futuro de Israel.
Moisés, haciendo un recuento de la solicitud, el cuidado, el amor, la tolerancia, la paciencia y la gracia de Dios para con Israel, dice: “La parte de Jehová es su pueblo; y Jacob la cuerda de su herencia. Lo halló en tierra de desierto horrible y yermo, y allí lo envuelve, lo sustenta, lo cuida como a LA NIÑA DE SU OJO” (Dt. 32:9-10). El rey de Israel, David, acosado por sus enemigos, expresó su confianza en la bondad y fidelidad de Dios con estas palabras: “Haz gala de tus gracias, tú que salvas a los que buscan en tu diestra refugio contra los que atacan. Guárdame como LO NEGRO DE LA NIÑiTA DEL OJO, escóndeme con las sombras de tus alas” (Sal. 17:7-8).
En Dios hay verdadera seguridad y en su brazo eterno encuentran amparo cuantos en El confían. Es sobre esta protección divina que descansa la sobre vivencia de Israel a los cuarenta años de vicisitudes en el desierto. Esta protección sirve de razón para su sobre vivencia cuando estaba apenas en la etapa inicial de su formación nacional y en los preliminares de su conquista de la tierra de Canaán, para conquistar la tierra, Israel tuvo que luchar contra amonitas, moabitas, edomitas, cananitas, filisteos, jebuseos, ferezeos, hebeos y heteos. Posteriormente en su historia, la protección de Dios fue también el escudo de sobre vivencia de Israel contra mil y una invasiones, incontables ataques y fieras persecuciones a mano de asirios, babilonios, griegos, romanos, turcos, sarracenos, cruzados y una gama más de opositores. Dios dice en Zacarías 2:8: “Después de la gloria me enviará él a las gentes que os despojaron, porque el que os toca, toca a LA NIÑA DE MI OJO”.
La niña en el ojo es una parte sumamente sensitiva y susceptible de afectarse. Aún la más tenue luz la contrae para dar paso a las imágenes que entran en juego durante el fenómeno de la visión. Israel, dice el profeta, es LA NIÑA DEL OJO DE JEHOVÁ. Los que la han agredido a lo largo de su historia no han hecho otra cosa que dar coces contra el aguijón. Han estado tocando a Jehová mismo en un punto muy sensitivo. Dios ha respondido a sus enemigos con cargas y promesas de juicios. Está manifestada a través de sus santos profetas del Antiguo Testamento.
El ojo se describe en el diccionario como el órgano de la visión. Mucho nos esforzamos por mantener los ojos en buen estado. Los protegemos contra enfermedades y contra traumas. Cuando empiezan a fallarnos, los ayudamos con lentes de aumento, bifocales o lentes de contacto. Usamos lentes de sol para evitar que se irriten. Sin necesidad de bifocales, lentes de contacto o del sol, Dios se ha mantenido pendiente siempre de su pueblo amado. Nunca se ha fatigado ni ha dormitado el guardián de Israel (Sal. 121:4). De modo que no sólo ve Dios a Israel sino que vela por él. Su constancia no se ha basado en el hecho de que Israel fuera mejor que otras naciones. Todo lo contrario. Dios mismo dice en Dt. 7:7 que Israel era “el más insignificante de todos los pueblos.” El interés de Dios por Israel se basa en su relación personal y directa con los patriarcas. Dice Moisés: “Jehová amó a tus padres, escogiendo a su descendencia después de ellos (Deut. 4:37). La soberana elección de Israel se hizo en sus padres aún antes que Israel existiera como nación.
Dios también ha escogido, y ahora está apartando para sí un pueblo espiritual. Los ha destinado para el cielo. Es la iglesia, la Perla de Gran Precio. Tan costosa es a su vista que Dios entregó a su Hijo Unigénito a morir crucificado violentamente y a sangrar herido sacrificialmente. Este pueblo nuevo está compuesto de israelitas y de los que no lo son. Está siendo apartado de “todo linaje y raza y lengua y pueblo y nación” (Apoc. 5:9). Tan grande es la multitud de los redimidos que ninguno los pudo contar (Apoc. 7:9) cuando en presencia del Cordero batían palmas entusiasmados y exhibían gozosos el blanco hermoso con que habían sido ataviados.
Esta multitud crece día a día. Por cierto, el número podría aumentarse ahora mismo si usted, lector amado, quisiera entrar a formar parte de este pueblo. Se entra arrepintiéndose sinceramente de los pecados y creyendo en la Obra de Cristo para el perdón de los mismos. Dios vela por este pueblo nuevo. Tiene planes de traerlo a sí mismo muy pronto. Su Hijo, Jesucristo, aparecerá en breve para arrebatarlo a las nubes donde este pueblo estará para siempre con El. Amigo mío, dese prisa en pertenecer al número de los redimidos por la sangre del Cordero. Reciba hoy mismo en su corazón al Señor Jesucristo.
Por: Mariano Gonzales, Ministerios Audiolit.
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¿Qué es lo que está pasando con nuestro mundo?

Alguien ha dicho: “Si Dios tolerara los pecados de nuestra época, entonces El tendría que disculparse con la gente de Sodoma y Gomorra.” Debemos preguntarnos, con toda seriedad, hasta dónde llegarán todavía los excesos de la enemistad hacia Dios, en nuestros días.
El Señor Jesús dijo, en vista de Su segunda venida en poder y gloria: “Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot” (Lc. 17:26-32).
Las señales de la venidera tribulación están echando sus sombras por adelantado. Así como una tormenta se anuncia por medio de nubes y viento que se levantan, así en nuestro mundo se está haciendo cada vez mayor la oscuridad hasta que, por fin, durante la venida de Jesucristo, se levante el sol de justicia. Su segunda venida hará que el mundo alcance la tranquilidad anhelada. Bajo el poder del Rey de todos los reyes y Señor de todos los señores, reinarán la justicia y la paz.
Pero, ya en nuestros días se están haciendo ver con, cada vez mayor claridad, los contornos mencionados por el Señor Jesús en su discurso sobre el fin de los tiempos. El dijo que el tiempo anterior a Su segunda venida sería como en los tiempos de Lot. ¿No es verdad que esta declaración se adapta a la perfección a nuestros tiempos?
Las estadísticas de abortos han alcanzado cifras que superan todo lo anteriormente visto. En los Países Bajos fue aprobada la ley sobre la eutanasia, y muchas personas tienen que temer por sus vidas. La homosexualidad se ha convertido en un componente fijo de nuestra sociedad. Los discriminados son ahora aquellos que se manifiestan en contra de la misma. Los “matrimonios” homosexuales son protegidos por leyes especiales, y hasta se les concede los mismos derechos que a un matrimonio normal entre hombre y mujer. Los embriones son utilizados, específicamente, para el cultivo de órganos, para luego ser eliminados. El creciente materialismo fomenta la frialdad social y el egoísmo.
Al mismo tiempo, en los países del tercer mundo la pobreza va en aumento, de modo que, actualmente, millones de personas en todo el mundo tienen que sobrevivir con una entrada anual de 365 dólares, es decir, con un dólar por día. Libros como “Harry Potter” contribuyen a preparar a nuestra juventud para un futuro anticristiano. Cuando venga, entonces, el “gran Harry Potter” y haga caer fuego del cielo (Ap. 13:13), se le dará la bienvenida con aplausos. El shock-rocker norteamericano, Marylin Manson, que se autodenomina como Anticristo, gana millones con sus canciones llenas de odio. El dice de sí mismo: “Yo odio, por lo tanto existo”. Su álbum actual “Holy Wood (In The Shadow Of The Valley Of Death)”, que significa “Madera Santa (En la Sombra del Valle de la Muerte)”, es catalogado como una guerra contra Cristo. Es la última parte de una trilogía que comenzó en 1996 con el album “Anticristo Superstar”. Pero, lastimosamente, Marilyn Manson, cuyo nombre es una derivación del de Marilyn Monroe y del genocida Charles Manson, tiene tremendo éxito entre los jóvenes. Con su banda, ya ha ganado 20 discos de oro y de platino a nivel mundial, según el lema: “Se compra lo que provoca.”
La persecución de cristianos está aumentando en todo el mundo, y la burla en los medios de comunicación y la publicidad se vuelve cada vez más drástica. En la televisión, las personas invitadas a los shows son expuestos y desnudados emocionalmente, delante de un público de millones de personas. Los asuntos más íntimos son discutidos públicamente, y no se escatima con las palabras más horrendas. “Big Brother” parece haber sido tan solamente el comienzo. El canal televisivo británico “Channel 5″ de Londres, está haciendo planes para un show con el título “Divorcio”. Las parejas casadas que asisten al mismo, pueden ganarse allí un divorcio. Para cada emisión se eligen seis parejas cuyo matrimonio está a punto de romperse. Entrevistas con amigos y parientes ayudan al público a decidir quien gana. La pareja ganadora se divide la ganancia, de alrededor de veinte mil dólares, y es filmada en el día del juicio. A continuación, pueden salir de vacaciones en los lugares más opuestos del globo. El productor de la emisión, así se dice, apuesta mayormente a la inmoralidad de los participantes. Dice poder imaginarse que la vida sexual de los mismos será uno de los temas que saldrá a luz.
Al mismo tiempo, también van en aumento los problemas de nuestro mundo, y los juicios venideros parecen aproximarse inevitablemente a nosotros. Después de todo, Jesús dijo que del mismo modo como el diluvio sobrevino a la humanidad de aquellos tiempos, y no se hizo esperar la destrucción de Sodoma y Gomorra, también los juicios de la gran tribulación vendrían como un lazo sobre todos los que residen en la tierra (Lc. 21:34-35). Por todas partes se escucha, cada vez con mayor frecuencia, de terremotos aterradores (como el año pasado en Turquía y hace poco tiempo atrás en América Central y en India), pero también de lluvias de lodo y de otras catástrofes naturales con miles de muertos y heridos, así como muchas miles de familias que quedan sin techo.
En la revista HAZ (22/9/00) se podía leer lo siguiente: “Expertos dibujan escenas de horror, ya que debajo del parque nacional norteamericano, Yellowstone, dormita un enorme volcán, que puede entrar en actividad en cualquier momento. En sus advertencias los volcanólogos hablan de horrores casi apocalípticos. El estallido de la erupción se haría oir en todo el mundo, bajarían lluvias de color negro intenso, y continentes enteros se ahogarían en las cenizas. Miles y miles de personas serían sepultadas vivas debajo de ascuas calientes y de fragmentos de rocas… Cantidades gigantescas de materiales serían impulsadas hasta una altura de unos 50 kilómetros, diez mil veces más alto que durante la erupción del Mount St. Helen en 1980.”
A nivel mundial, el año pasado se han llevado a cabo 31 guerras y 18 conflictos bélicos, según informa el “Balance bélico 2000″ del Grupo De Estudio de Causas Bélicas de Hamburgo, Alemania. En Bruselas y Washington están preocupados porque Turquía está buscando un acercamiento con Rusia, y ambos países desean mejorar sus relaciones con Irán. A causa de la epidemia del SIDA, en algunas regiones de Africa la expectativa de vida ha bajado de 56 a 39 años. También las crisis de la BSE, así como de la aftosa, se han convertido en un nuevo fantasma de terror: cientos de miles de vacunos y de ovejas ya han sido sacrificados y quemados. Solamente hay que leer el Apocalipsis de Jesucristo, el último libro de la Biblia, para comprobar que las situaciones allí descritas no son exageradas.
Desde 1948 existe nuevamente el Estado de Israel pero, el mismo, se ve atacado con cada vez mayor intensidad. Los terremotos y la hambruna van en aumento, la carestía es cada vez mayor. La concentración del poder a nivel político, económico y militar se va globalizando. La destrucción de la familia se encuentra en un período de grandes avances. En los medios masivos de comunicación, radio y televisión, se realiza una manipulación en gran escala. La decadencia moral ha alcanzado un declive que ya casi no puede ser superado, y la historia mundial se concentra en el Cercano Oriente. Todo esto es una clara indicación de la dirección en la cual se dirige nuestro mundo. ¡Maranatha, ven pronto, Señor Jesús! Pero, no solamente hay un aumento de la impiedad en casi todas las áreas, así como de los problemas de nuestro medio ambiente, sino que también van aumentando el miedo y la inseguridad. Muchos se preguntan: “¿Cómo irá a seguir esto?” También para esto hay una respuesta.
George Bernhard Shaw dijo: “Confieso, que después de sesenta años de estudio de la tierra y de la humanidad, no veo otra salida a la miseria del mundo, más que el camino que nos ha mostrado Jesucristo. Es imposible que la tierra pueda sobrevivir sin Dios.” Y éste Jesús nos ofrece, en Sí mismo, todo el programa de salvación de Dios, al decir: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos” (Jn. 10:9). Aún hoy, Dios le abre la puerta a cada ser humano, para que éste pueda entrar en el “Arca de la Salvación”, la cual consiste en una persona: Jesucristo.
Norbert Lieth
Llamada de Medianoche
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Papá no miente

lunes, 29 de agosto de 2011.


Papá no mienteEn las últimas semanas esa frase se me ha sido bastante recurrente: “Papá no miente”, y es que la he usado en varias ocasiones con mi pequeño hijo Uziel.
Ayer mismo, la use, él quería un helado, pero teníamos que ir a otra parte antes de poder ir y comprar el helado.
Así que le dije: “Hijo, después de hacer lo que tengo que hacer, te llevo a comprarte el helado”, el se quedo un poco tranquilo y yo cerré el momento diciéndole: “Recordá que papá no miente”, el entonces sonrió y me dijo: “¡Sí!”, como aprobando mi frase.

Luego de hacer lo que tenía que hacer, que por cierto me tarde más de lo que esperaba, me dirigí hacia la venta de los helados, antes de entrar le dije: “Vez, te dije que te traería, papá no miente”, en ese momento con su carita de felicidad me respondió: “¡Si, Helado!”.
Cada vez que le prometo algo a mi hijo se que se lo prometo porque sé que se lo cumpliré, entonces cada vez que le digo la frase: “papá no miente”, hay algo dentro de mí que me recuerda que si yo en cosas tan sencillas como esas le digo a mi hijo que le cumpliré, aun siendo imperfecto, se y tengo la convicción que no le quedare mal, ¿Cuánto más nuestro Padre Celestial nos cumplirá?
Y es que muy seguido le prometo cosas a mi hijo, que se que se las cumpliré, y de hecho trato de nunca quedarle mal, de siempre cumplirle, porque me llena de satisfacción ver su carita feliz al ver que su padre le cumplió lo que le prometió.
No dejo de pensar en lo que Dios es capaz de hacer, no dejo de comparar cuan seguro debería estar de que Dios cumplirá sus promesas sobre mi vida, y es que Dios no miente, la Biblia lo dice claramente:
“Dios no es un hombre, por lo tanto no miente. Él no es humano, por lo tanto no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin cumplir?” Números 23:19 (Nueva Traducción Viviente)

Por lo que recuerdo nunca le he hecho una promesa a mi pequeño hijo sin cumplirla, Uziel cumplirá tres años en Junio y hasta la fecha he tratado de prometerle cosas que sé que podre cumplir. Dios es mejor aun cumpliendo sus promesas, El jamás va a prometer algo que no cumplirá, jamás te hará una promesa solo por hacerla, si El te promete algo es porque ha de cumplirlo en un tiempo perfecto.

Quizá los últimos días has estado dudando sobre esa promesa que Dios te dio hace un tiempo, quizá has pensado que son solo ideas tuyas, que Dios no te ha prometido nada o que por tu falta de fidelidad a Él ya no cumplirá lo prometido.

Y es que tenemos que entender que Dios en su Naturaleza Divina trabaja o actúa de forma muy diferente a nuestra naturaleza humana e imperfecta. Dios siempre está dispuesto a cumplir lo prometido, pero también depende de nosotros creerlo y hacerlo por hecho. La Biblia habla sobre Abraham y dice lo siguiente: “Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia” Gálatas 3:6 (Reina-Valera 1960).

Cuando nosotros somos capaces de creer lo que Dios ha prometido, tenemos que tener la certeza de que Dios no nos quedara mal, que El actuara, que El cumplirá, que no existe nada ni nadie que pueda evitar que El cumpla lo prometido.

Hoy quiero animarte a que le creas a Papá, El jamás miente. Cuando el nos prometa algo, debemos sonreír y sentirnos confiados de que eso ya está hecho. Cuando Dios promete es como que firmara el contrato de eso que te prometido y lo ha dado por hecho, por esa razón, confiemos, gocémonos en la bondad de Dios, gocémonos en su Fidelidad incomparable y en el hecho de que a su tiempo veremos su promesa cumplida.

No desmayes, no tires la toalla antes de tiempo, no quieras colgar los guantes, porque si El te lo prometió, entonces simplemente sonríe, y sobre todo espera, porque Papá no miente. El Cumplirá cada palabra de su promesa.
Recuérdalo siempre:  “¡Papá no miente!”

Autor: Enrique Monterroza
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