Hagamos Misonera nuestra Parroquia

jueves, 25 de agosto de 2011.


Parte 1: La Pastoral Misionera en la Parroquia Parte 2: Guía Práctica
 
Parte 1: La Pastoral Misionera en la Parroquia.
Contenido:
Introducción
1.La Parroquia Comunidad Eclesial Evangelizadora.
2.La Parroquia Misionera.
3.El equipo Parroquial de Misiones

Introducción
Aumentan los esfuerzos de muchas parroquias para responder bien a Dios y a sus feligreses. Igualmente, la teología pastoral intensifica su búsqueda en este campo y se multiplican los intercambios de experiencias entre parroquias. La misión que Dios les ha confiado es muy exigente y difícil en las circunstancias actuales.

¿Quién no reconoce que las parroquias tienen necesidad de renovación profunda y urgente? Ese ese el gran desafío.

¿Cómo lograr que nuestras parroquias sean verdaderas comunidades eclesiales en donde todos seamos cada día mejores hermanos? ¿Cómo hacer para que todos trabajemos unidos en la evangelización? ¿Qué pasos dar para que nuestra parroquia sea efectivamente parroquia misionera dentro de la comunidad y hacia el mundo entero?

En el camino de renovación de las comunidades siempre ha sido determinante la misión. "En efecto, la misión renueva la Iglesia refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones. ¡La fe se fortalece dándola! La nueva evangelización de los pueblos cristianos hallará inspiración y apoyo en el compromiso por la misión universal" (RMi 2)

Por ello aquí nos proponemos compartir principios, criterios y recursos misioneros importantes para renovar la comunidad parroquial, sus estructuras, sus evangelizadores y su acción pastoral. Dios quiere y nuestros hermanos necesitan parroquias efectivamente misioneras.

1. La Parroquia, Comunidad Eclesial Evangelizadora

¿Qué es lo que Dios quiere de las parroquias hoy? ¿Qué llamada, en su nombre, hace la Iglesia a los cristianos y a sus parroquias? 

La Palabra de Dios y la experiencia de la Iglesia nos ayudan a comprender la parroquia en su ser y en su misión.

La parroquia es definida como comunidad eclesial, que concretiza, hace visible y operante la Iglesia en un nivel concreto; y realiza la evangelización entre las personas que se le encomienda. Por su naturaleza eclesial, a la parroquia se le aplican en su propio nivel, las características de la Iglesia universal que a continuación describimos.

La Iglesia y su misión tienen su origen, fundamento y fin en Dios Padre que quiere salvar a todos los hombres (1Tim 2,4-6); en el Hijo Jesucristo, porque ha dado su vida por la salvación de todos y en ningún otro se encuentra salvación (cf He 4,12); y en el Espíritu Santo, que continúa y lleva a la plenitud la obra de la salvación 
(cf LG 2-4).

Cristo quiso fundar y establecer la Iglesia (1) como:
  • "Sacramento": Signo e instrumento suyo para la salvación de todo el hombre y de todos los hombres (Cf LG 1,48)

  • "Comunión" de los hombres con Dios y de ellos entre sí y con toda la humanidad 
    (Cf Pueblo de Dios, familia, Cuerpo, en LG5) 

  • "Misión" continuada de Jesucristo, por el Espíritu Santo, para construir el reino de Dios en el mundo. 
    La Iglesia es misionera, entonces (2), por varias razones:

  • Es misionera por naturaleza (AG 2), nacida para ser y obrar, en nombre de Jesucristo, como sacramento universal de salvación.

  • Es misionera por mandato divino (Mt 28, 18-20; Mc 16,15-18; Lc 24,46-49; Jn 20,21-23) (3), con lo que los Apóstoles y todos nosotros hemos sido enviados a "hacer discípulos a todas las gentes". En los cuatro textos aparece claro que:
    Los Apóstoles son enviados a hacer discípulos, predicando la buena nueva para conversión y perdón de los pecados y para que crean y permanezcan en comunión con Dios y se salven. 
    La misión confiada a los Apóstoles tiene dimensión universal: a todas las gentes, por el mundo entero, a toda la creación, hasta los confines de la tierra. 
    Es un envío de Jesús en el Espíritu (4) 
    Los Apóstoles recibirán la fuerza y los medios par realizar su misión. La misión de los discípulos es colaboración con la de Cristo.

  • Es misionera por la caridad que ha sido enviada a mostrar y a comunicar (CF AG 10) ¡Ay de mí si no evangelizare! (1Cor 9,15). El amor de Cristo nos impulsa (2Cor 5,149 )

  • Es misionera por su catolicidad, universalidad, que le exige ser misionera: hacer presente a Cristo y llevar su Evangelio a todas partes.

  • Es misionera para dar gloria a Dios.

  • Para cumplir esa misión, los cristianos y nuestras comunidades, necesitamos "ser" discípulos y "hacer" discípulos para Jesús. Ser misioneros que enseñemos y acompañemos a los discípulos de Jesús a hacerse misioneros de El. Esto lo 
    realizamos con la "pastoral misionera".

    Analicemos ahora, las orientaciones actuales de la Iglesia sobre la parroquia. Ella es actualización, concreción de la Iglesia Misionera, con determinadas personas y en determinado nivel y espacio. Es comunidad eclesial cuya naturaleza es esencialmente sacramento, comunión y misión.

    En el Concilio Vaticano II se concibe la parroquia en el contexto de la Iglesia como
    sacramento, comunión y misión. En este contexto se comprende que la parroquia:
  • Es congregación de fieles (LG 28)

  • Es signo visible de la Iglesia universal que reduce a unidad todas las diversidades humanas que en ella se encuentran y las inserta en la universalidad de la Iglesia. (AA 10)

  • Es comunidad de fieles, aunque no única (SC 42)

  • Está confiada a un presbítero que representa al obispo (PO 5; Cf SC 42)

  • Por ser comunidad eclesial, la parroquia es por naturaleza misionera (Cf AG 2)

  • Representa a la Iglesia universal

  • Es célula de la Diócesis, que ofrece un clarísimo modelo de apostolado comunitario (Cf AA 10).

  • Se concibe como una comunidad de fieles, con la tarea de evangelizar, centrada en la Eucaristía y cumpliendo la misión de la Iglesia en el mundo (Cf SC 42).

  • Está regida por un pastor propio, en nombre del Obispo (Cf SC 42).


  • En el Código de Derecho Canónico de 1983, Canon 515, 1, la parroquia: 
  • Es una determinada comunidad de fieles, constituida de modo estable. Así, hace referencia al Pueblo de Dios que constituye su fundamento. 

  • Para realizar la cura pastoral de sus miembros .

  • en la Iglesia particular y bajo la autoridad del obispo diocesano. Así destaca 
    su relación de dependencia y comunión con la diócesis y con la Iglesia universal. 

  • Se encomienda a un párroco, como su pastor propio.

  • Al interior de sí mismas, en las parroquias se diversifica la pastoral según los distintos sectores y se abre a la creación de comunidades menores" (DP 632) (5). 
    Dentro de ella, se promueven y animan las pequeñas comunidades y otros grupos 
    eclesiales. Las parroquias se integran en nivel diocesano a través de sus correspondientes decanatos y vicarías (DP 642, 648, 650).
    Teniendo en cuenta los anteriores indicadores socio-eclesiales, podemos describir varios tipos de parroquia, que describen aspectos de parroquias que requieren de renovación estructural (6).
    Tipos de Parroquia que requieren ser renovadas



    La IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo, 
    orienta la Parroquia así:


    La Parroquia, comunidad y movimientos, acoge las angustias y esperanzas de los hombres, anima y orienta la comunión, participación y misión. No es principalmente una estructura, un territorio, un edificio. Ella es la familia de Dios, como una fraternidad animada por el Espíritu de unidad (...) Es una comunidad eucarística. Es una comunidad de fe y una comunidad orgánica en la que el párroco, que representa al obispo diocesano, es el vínculo jerárquico con toda la Iglesia particular (ChL 26).

    Si la parroquia es la Iglesia que se encuentra entre las casas de los hombres, ella vive y obra entonces profundamente insertada en la sociedad humana e íntimamente solidaria con sus aspiraciones y dificultades... La parroquia tiene la misión de evangelizar, de celebrar la liturgia, de impulsar la promoción humana, de adelantar la maduración de la fe en las familias, en las CEBs, en los grupos y movimientos apostólicos y, a través de todos ellos, a la sociedad. La parroquia, comunión orgánica y misionera, es así una red de comunidades (SD 58). (7)
    Consecuentemente, la opción prioritaria actual de nuestras Iglesias en América Latina es la de promover y ayudar a madurar comunidades eclesiales, vivas, dinámicas y misioneras (SSD 54).

    En la Exhortación apostólica Ecclesia in América, se nos recuerda que la 
    institución parroquial conserva su importancia y se ha de mantener (EA 41) (8): 

    "La parroquia es un lugar privilegiado en el que los fieles pueden tener una 
    experiencia concreta de la Iglesia" (EA 41). 

    Ella ha de estar al servicio del 
    encuentro con Jesucristo vivo, de la conversión personal y comunitaria, de la 
    comunión eclesial, de la solidaridad y de la misión, que son las prioridades 
    evangelizadoras que nos propone en todos los niveles. Para ello, la parroquia se ha de renovar. 
    Las parroquias están llamadas a ser: (EA 41):
  • receptivas y solidarias 

  • lugares de la iniciación cristiana, de la educación cristiana y la celebración de la fe

  • abiertas a la diversidad de carismas, servicios y ministeriosorganizadas de modo comunitario y responsable, integradora de los movimientos de apostolado ya existentes, atentas a la diversidad cultural de sus habitantes y a las realidades circundantes,

  • abierta a los proyectos pastorales y supraparroquiales.


  • Una clave de renovación parroquial, especialmente urgente en las parroquias de 
    las grandes ciudades, puede encontrarse quizás considerando la parroquia como comunidad de comunidades y de movimientos. Esto permitirá vivir más intensamente la comunión, procurando cultivarla no sólo "ad intra" sino también con la comunidad parroquial a la que pertenecen esos grupos y con toda la Iglesia diocesana y universal. En este contexto humano será también más fácil escuchar la Palabra de Dios, para reflexionar a su luz los problemas humanos y madurar opciones responsables inspiradas en el amor universal de Cristo (EA 41).Y estos son los pasos misioneros propuestos por la Iglesia universal a nuestro 
    continente:

    "Con el deseo de que el continente americano participe, de acuerdo con su vitalidad cristiana, en la gran tarea de la misión ad gentes, hago mías las propuestas concretas que los padres sinodales presentaron en orden a fomentar una mayor cooperación entre las Iglesias hermanas, enviar misioneros 
    (sacerdotes, consagrados y fieles laicos) dentro y fuera del continente, fortalecer o crear institutos misionales, favorecer la dimensión misionera de la vida consagrada y contemplativa, dar un mayor impulso a la animación, formación y organización misional. Estoy seguro de que el celo pastoral de los Obispos y de los demás hijos de la Iglesia en toda América sabrá encontrar iniciativas concretas, incluso a nivel internacional, que lleven a la práctica, con gran dinamismo y creatividad, estos propósitos misionales" (EA 74).

    La Novo Millenio Ineunte (9) da algunas orientaciones para la renovación de la 
    Parroquia:

    "Los espacios de comunión han de ser cultivados y ampliados día a día, a todos los niveles, en el entramado de la vida de cada Iglesia. En ella, la comunión ha de ser patente en las relaciones entre Obispos, Presbíteros y Diáconos, entre Pastores y todo el Pueblo de Dios, entre clero y religiosos, entre asociaciones y movimientos eclesiales" (NMI 45). 

    "La unidad de la Iglesia no es uniformidad, 
    sino integración orgánica de las legítimas diversidades. Es necesario, pues, que 
    la Iglesia del tercer milenio impulse a todos los bautizados y confirmados a tomar conciencia de la propia responsabilidad activa en la vida elcesial" (NMI 46).

    "Reitero la llamada a la Nueva Evangelización, sobre todo para indicar que hace falta reavivar en nosotros el impulso de los orígenes, dejándonos impregnar por el ardor de la predicación apostólica después de Pentecostés" (NMI 40).

    Esta pasión suscitará en la Iglesia una nueva acción misionera, que no podrá ser delegada a unos pocos "especialistas", sino que acabará por implicar la responsabilidad de todos los miembros del Pueblo de Dios.

    Quien ha encontrado verdaderamente a Cristo no puede tenerlo solo para sí, debe anunciarlo. Es necesario un nuevo impulso apostólico que sea vivido como "compromiso cotidiano" de las comunidades y de los grupos cristianos (NMI 40).

    Es importante destacar que al Obispo en su Diócesis, y al Párroco en la comunidad parroquial, se les encomienda explícitamente promover la comunión con la Iglesia universal, hacer que su comunidad sea misionera y promover la cooperación de todos los fieles en la evangelización universal.

    Conforme a las anteriores enseñanzas y como realización concreta de la Iglesia 
    misterio, comunión y misión, podemos decir que:La Parroquia es
  • Signo e instrumento de Jesucristo, Salvador universal 

  • Comunidad Eclesial. Comunidad de fieles. Comunión orgánica y misionera. Comunidad de comunidades y de movimientos. Centro de comunión y participación evangelizadoras. Red de comunidades elcesiales, vivas, dinámicas y misioneras. Lugar en donde los fieles viven la Iglesia y participan en su misión. 

  • Para la comunión con Dios y con los hombres 

  • Existe para evangelizarse y evangelizar 

  • Comunidad eclesial misionera en su propia comunidad (misión local) y "más allá de las fronteras" hacia las gentes (misión universal) 

  • Con un pastor a la cabeza: el párroco.



  • 2. La Parroquia Misionera

    Hablamos de Parroquia "misionera" en dos sentidos:
  • En sentido general, la parroquia que realiza con especial dedicación y eficiencia en la comunidad su misión evangelizadora general. 

  • En el sentido específico, la parroquia que mediante una adecuada pastoral misionera vive y realiza su misión local y su misión universal hacia todas las gentes. Es una parroquia con especial espíritu, compromiso y servicio misionero en sus estructuras, miembros y acciones pastorales.

  • La misión de la Iglesia universal es la de anunciar a Jesucristo, formando comunidades cristianas y encarnando los valores del Evangelio, para crecimiento del reino de Dios en el mundo (Cf RMi 20). Por ello, nos recuerda algo que tiene incidencia especial en la Parroquia: "La responsabilidad de este cometido recae sobre la Iglesia universal y sobre las Iglesias particulares, sobre el pueblo de Dios entero y sobre todas las fuerzas misioneras. Cada Iglesia, incluso la 
    formada por neoconvertidos, es misionera por naturaleza, es evangelizada y evangelizadora, y la fe siempre debe ser presentada como un don de Dios para 
    vivirlo en comunidad (familias, parroquias, asociaciones) y para irradiarlo fuera, sea con el testimonio de vida, sea con la palabra" (RMi 49)

    Luego nos reafirma que la realización de esa misión es el criterio de fe y de catolicidad: "La acción evangelizadora de la comunidad cristiana, primero en su propio territorio y luego en otras partes, como participación en la misión universal, es el signo más claro de madurez en la fe. Es necesaria una radical conversión de la mentalidad para hacerse misioneros, y esto vale tanto para las personas, como para las comunidades. El Señor llama siempre a salir de uno mismo, a compartir con los demás los bienes que tenemos, empezando por el más 
    precioso que es la fe. A la luz de este imperativo misionero se deberá medir la 
    validez de los organismos, movimientos, parroquias u obras de apostolado de la 
    Iglesia. Sólo haciéndose misionera la comunidad cristiana podrá superar las 
    divisiones y tensiones internas y recobrar su unidad y su vigor de fe" (RMi 49).

    Las fuerzas misioneras provenientes de otras Iglesias y países deben actuar en 
    comunión con las Iglesias locales para el desarrollo de la comunidad cristiana. 
    En particular, concierne a ellas -siguiendo siempre las directrices de los Obispos y en colaboración con los responsables del lugar- promover la difusión de la fe y la expansión de la Iglesia en los ambientes y grupos no cristianos; y animar en sentido misionero a las Iglesias locales, de manera que la 
    preocupación pastoral vaya unida siempre a la preocupación por la misión ad gentes. 

    Cada Iglesia hará propia, entonces, la solicitud de Cristo, Buen Pastor, 
    que se entrega a su grey y al mismo tiempo, se preocupa de las "otras ovejas que 
    no son de este redil" (Jn 10, 15) (RMi 49).

    En relación con ello, describimos dos tipos de Parroquia renovada, complementarias entre sí, que realizan en mayor plenitud los elementos renovadores mencionados y la realidad de la parroquia como sacramento comunión y misión.

    En sentido general, la parroquia es misionera cuando:
  • Se va haciendo casa y escuela de encuentro con Jesús, de conversión, comunión y solidaridad y espacio privilegiado para la misión local y para el envío a misión más allá de las fronteras. (10) 

  • Evangeliza con todo a todos en su comunidad (territorial o personal), con 
    prioridad a los alejados y a los no cristianos. 

  • Realiza su servicio con un proceso que armoniza el anuncio del kerigma, la 
    catequesis, la liturgia, el servicio de la caridad y la animación de la caridad. 

  • Pone como fundamento y orientación de su programa pastoral la santidad (Cf NMI 30), mediante una pedagogía correspondiente y las acciones que ayuden a los cristianos y sus comunidades a ser santos. El verdadero misionero es el santo (CF RMi cap VIII) y el santo es el verdadero misionero. 

  • Evangeliza a todas las personas, las comunidades eclesiales, los grupos apostólicos y las instituciones, dentro de su comunidad. 

  • Busca que sus feligreses y sus comunidades se comprometan como evangelizadores 

  • Evangeliza la cultura e incultura la fe.


  • En sentido específico, la parroquia es misionera cuando:
    1. Asume, organiza y realiza adecuadamente la "Pastoral Misionera":

    Integrándola como elemento primordial dentro de su pastoral ordinaria (Cf RMi) (11) y de conjunto. La Iglesia universal nos recuerda que la pastoral misionera ha de ocupar un puesto central y prioritario en la pastoral ordinaria de la parroquia. Para la Iglesia, esta Pastoral Misionera (mencionada con el 
    término "animación misionera y cooperación misionera" (12)) es decisiva en la 
    evangelización, es prioritaria dentro de la pastoral ordinaria y es el núcleo generador de discípulos y de comunidades misioneras para Jesús.

    2.- Organiza y realiza los cuatro servicios de la pastoral misionera con los 
    cristianos y sus omunidades:
  • Animación Misionera, para despertar, avivar y sostener en los hermanos el espíritu misionero universal. Para ello realiza con diversos medios: la oración, la información misionera (sobre necesidades de la misión y sobre las realizaciones y posibilidades dentro de ella),la motivación misionera, los encuentros, la asociación misionera de los interesados, la invitación a compartir los servicios misioneros y el acompañamiento misionero personal a los fieles. 

  • Formación Misionera, dentro de la formación cristiana (CF RMi 90) para ayudar 
    a que los hermanos hagan la "Escuela de amor con Jesús" y así tengan criterios,mentalidad y corazón misioneros, como su Maestro. Esta formación misionera comprende contenidos y actividades de catequesis misionera y 
    teología de la misión, espiritualidad misionera y metodología y práctica misionera. 

  • Diversas formas de Comunión Misionera entre los hermanos, para lo cual promueve el que cada pequeña comunidad eclesial sea efectivamente misionera, forma grupos de misioneros y realiza diversas actividades de integración comunitaria. Utiliz adecuadamente los recursos disponibles y ayuda a integrar bien las personas y las comunidades en la Parroquia. Dinamiza la comunión y participación evangelizadora dentro de la parroquia y dentro de ella con la Iglesia Particular y con la Iglesia universal. 

  • Promueve la Cooperación Misionera de cada hermano, de cada familia, de cada 
    pequeña comunidad y de cada grupo en favor de la evangelización local y universal, prioritariamente, apoyando la evangelización de los no cristianos 
    del mundo entero ("misión ad gentes"). Promueve l aparticipación en misiones 
    fuera de la comunidad, participación en el servicio diocesano de Ayuda entre la Iglesia, entre Iglesias hermanas, realización del año de servicio misionero. Durante todo el año, anima a los grupos misioneros sectoriales que trabajan por la cooperación misionera. Realiza con generosidad especial la colecta para las misiones en el Día Universal de las misiones (segundo domingo de Octubre) (13). Promueve su cooperación misionera universal de varias 
    formas: 

  • Cooperación Espiritual: con el ofrecimiento de la propia vida cristiana (testimonio misionero), la intensa oración por las misiones y la ofrenda de los propios sacrificios, uniéndolos a los de Jesús por la salvación de todos los hermanos y del mundo. 

  • Cooperación Material: promoviendo la "ofrenda" económica o de otros bienes materiales. Esta ofrenda se hace a través de la "alcancía misionera" en cada casa, y en cada grupo o comunidad. La ofrenda misionera universal se entrega en la parroquia para el fondo de solidaridad universal de las Obras 
    Misionales Pontificias. 

  • Cooperación con misioneros,porque Dios no sólo necesita de nuestras ofrendas, sino que nos necesita a nosotros mismos como misioneros. Además necesita que promovamos las vocaciones misioneras. La Parroquia Misionera envía misioneros "más allá de sus fronteras", especialmente para la evangelización de los no cristianos



  • 3.- Ayuda a que sus miembros (comenzando por el Párroco y los demás animadores 
    de la comunidad) sean misioneros.

    La Parroquia misionera canaliza el dinamismo misionero de los laicos y favorece, también, la dimensión misionera de la vida consagrada (Cf EA 74). Forma y organiza suficientes animadores misioneros.

    4.Promueve las vocaciones misioneras:porque la misión requiere de misioneros (RMi 61). Hacer escuchar la llamada para sentir la vocación a la misión. 
    Acompaña a cultivar y a responder gradualmente. Ayuda a madurar la vocación 
    misionera. Apoya vocaciones misioneras de por vida y los demás compromisos 
    misioneros temporales.

    5.- Promueve pequeñas comunidades eclesiales vivas, dinámicas y misioneras. 
    Acompaña y anima el caminar de los grupos misioneros, suscita el poder ir a 
    todos los rincones, en especial, los más alejados. Anima misioneramente los 
    demás grupos. Así podrá integrar la Parroquia como comunidad de comunidades, 
    comunión evangelizadora.

    6.- Penetra las estructuras y organismos pastorales de la parroquia con espíritu 
    misionero "universal".
     Asigna suficientes recursos materiales para la pastoral misionera parroquial.

    7.- Integra y forma un "Equipo Parroquial de Misiones" (EPM) representativo de las fuerzas vivas misioneras de la comunidad (un delegado de cada programa de las Obras Misionales Pontificias, de movimientos misioneros y de la comunidad en general). Este EPM, con la dirección del párroco, es el coordinadora y animador 
    de las actividades misioneras parroquiales. Es el motor de la pastoral misionera 
    en la Parroquia. (14)

    8.- Organiza y anima los servicios y grupos de las cuatro Obras Misionales 
    Pontificias:
  • La Infancia Misionera, con su servicio a niños, adolescentes y animadores misioneros) 

  • La Propagación de la Fe, con sus servicios de Grupos Misioneros,Familia Misionera, Unión de Enfermos y Ancianos Misioneros, etc.) 

  • La Obra San Pedro Apóstol, en favor de las vocaciones nativas de los territorios de misión 

  • La Unión Misional, que favorece la formación y cooperación misioneras de los 
    ministros ordenados, los religiosos, seminaristas y novicios.


  • 9.- La Parroquia es misionera cuando evangeliza, también "más allá de sus 
    fronteras",
     cooperando a la evangelización universal, prioritariamente de los no cristianos. Para ello, apoya a los fieles y comunidades para que realicen su 
    misión hacia todas las gentes.

    En Santo Domingo se reconoció: "Es la hora misionera de América. Dirigimos a 
    todos un anuncio fuerte y entusiasta para la evangelización, no sólo en el seno 
    de nuestras Iglesias sino más allá de nuestras fronteras" (SD 295). "Nuestras 
    Iglesias particulares, en continuidad con las Conferencias Generales de Medellín 
    y Puebla, se comprometen a trabajar en una Nueva Evangelización de nuestros pueblos, también más allá de nuestras fronteras: Latinoamericana misionera" (SD 302)

    Por ello, también, a cada Iglesia Particular, con aplicación a cada parroquia, 
    se nos indica: "La evangelización se hace más urgente respecto a aquellos que 
    viviendo en este continente, aún no conocen el nombre de Jesús, el único nombre dado a los hombres para su salvación (Cf He 4,12). Lamentablemente, este nombre es desconocido todavía en gran parte de la humanidad y en muchos ambientes de la sociedad americana. Además, las Iglesias particulares de América están llamadas a extender su impulso evangelizador más allá de sus fronteras continentales. No pueden guardar para sí las inmensas riquezas de su patrimonio cristiano. Han de llevarlo al mundo entero y comunicarlo a aquellos que todavía lo desconocen" (EA 74)

    Tendremos un apoyo en un programa específico del CELAM (15) que se propone "Apoyar los esfuerzos de conversión pastoral de las parroquias, para que sean comunidad de comunidades y lograr su participación efectiva y misionera en la nueva evangelización". Confiamos en que cada Diócesis aprovechará estos servicios y hará el aporte de sus propias experiencias en este campo.

    El Cristo contemplado y amado ahora nos invita una vez más a ponernos en camino. 
    "Id pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del 
    Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28,19). El mandato misionero nos 
    introduce en el tercer milenio invitándonos a tener el mismo entusiasmo de los 
    cristianos de los primeros tiempos. Para ello podemos contar con la fuerza del 
    mismo espíritu que fue enviado en Pentecostés y que nos empuja hoy a partir 
    animados por la esperanza "que no defrauda" (Rom 5,5) (NMI 58)

    3.El Equipo Parroquial de Misiones

    Es el "motorcito" misionero que anima a la Comunidad. En efecto, en la parroquia, "donde la Iglesia se hace visible y operante entre los hombres" (LPNE 43), se promueve la comunión, participación y misión de cada fiel cristiano y de cada comunidad para que haga el correspondiente aporte a la evangelización. Para ello, es necesario unos animadores de esta comunión misionera, que trabajen en distintos organismos, movimientos y asociaciones parroquiales, cuyos delegados son miembros del Consejo de Pastoral, presidido por el Párroco (NMA 71). Así se organiza la pastoral de conjunto parroquial, dentro de la cual tiene un puesto prioritario la pastoral misionera (RMi 83), mediante la cual se hacen misioneros para Jesús y se coopera a la evangelización del mundo entero.

    Por ello en cada Parroquia es preciso formar el correspondiente Equipo Parroquial de Misiones (EPM)

    ¿Qué es el EPM? Es un grupo de Animación en la comunidad, que mantiene vivo el 
    espíritu misionero en toda la parroquia.

    ¿Para qué es el EPM? Este equipo se constituye para animar, coordinar y servir a 
    la pastoral misionera en los cristianos, sus comunidades y que la misma Parroquia sean misioneros.

    A este EPM le corresponde por tanto, promover y animar los cuatro servicios de 
    la Pastora Misionera: la animación, formación, organización y cooperación 
    misioneras en la parroquia.

    Por otra parte, le corresponde apoyar a los animadores misioneros, las comunidades eclesiales, los grupos y las vocaciones misioneras.

    ¿Quiénes son miembros el EPM y cómo se coordina?
    Está formado por representantes de las fuerzas misioneras y de los sectores 
    existentes en la Parroquia, sean Delegados de los Grupos Misioneros, de Infancia 
    y Adolescencia Misionera, como de os distintos apostolados, movimientos y 
    asociaciones.

    El EPM es convocado y dirigido por el Párroco o su delegado. trabaja en plena 
    coordinación con el Párroco y con el Consejo de Pastoral, dentro del cual tiene 
    su delegado.

    Sus servicios generales
  • Le corresponde hacer la animación misionera general de las personas, comunidades e instituciones para sensibilizarlas y crear conciencia misionera en la parroquia. 

  • Promueve y anima la formación misionera en la parroquia 

  • Promueve y apoya las diversas expresiones de comunión misionera. Se organiza y favorece la organización misionera de la Parroquia. 

  • Promueve y apoya las cuatro Obras Misionales Pontificias: La Infancia y 
    Adolescencia Misionera, la Propagación de la Fe, la Obra de San Pedro Apóstol y la Unión Misional. Acompaña y motiva las diversas iniciativas surgidas de los agentes de pastoral misionera. Genera y aviva una red de relaciones misioneras entre todos ellos. Mantiene una comunicación con los correspondientes organismos diocesanos, en especial con la Comisión Diocesana de Misiones y anima la comunión con la Iglesia Universal. Participa como miembro permanente del Consejo de Pastoral Parroquial. 

  • Promueve y canaliza, en unión con las Obras Misionales Pontificias, la 
    cooperación espiritual, material y con misioneros a la misión universal, 
    ayudando con prioridad la evangelización de los no cristianos (misión ad gentes). Promueve las vocaciones misioneras. Motiva el compartir con misioneros a otras comunidades necesitadas. Acompaña y apoya a los misioneros enviados por la Parroquia.


  • Actividades especiales del EPM
    Elabora la programación anual de actividades misioneras, integrándolas adecuadamente en la pastoral del conjunto parroquial. En esta programación misionera parroquial se incluyen:
  • La preparación y realización de las cuatro Jornadas Misionales 

  • Las actividades de Animación Misionera, las actividades de Formación Misionera 
    (talleres, encuentros, escuelas de liderazgo misionero, etc.) 

  • Las campañas de cooperación misionera

  • Las actividades de planeación, integración y evaluación 

  • Los encuentros mensuales del EPM 

  • Colabora en la preparación y realización de las Jornadas Misionales, tanto nacionales como diocesanas, especialmente en la de la Infancia y Adolescencia Misionera y en el Octubre Misionero. 

  • Realiza su encuentro (generalmente cada mes) para: 
    *Orar por las misiones del mundo entero 
    *Integrarse fraternalmente 
    *Formarse misioneramente 
    *Colaborar con la planeación y evaluación de la pastoral misionera parroquial 
    *Preparar y realizar las actividades misioneras programadas, conforme a las 
    responsabilidades y a las demás directrices que les de su Párroco 
    *Apoyarse mutuamente en sus servicios misioneros.


  • En las reuniones del Consejo de Pastoral, informa sobre las actividades del EPM 
    y sobre el desarrollo de la pastoral misionera parroquial. Es un ámbito de 
    encuentro fraterno ofreciendo elementos misioneros para las diversas áreas 
    pastorales. Ayuda a reflexionar sobre la misión universal de la parroquia frente 
    a las necesidades misioneras del mundo y a la llamada insistente de la Iglesia. 
    Hace la correspondiente coordinación de sus actividades con los demás agentes y 
    sectores de pastoral.

    Es preciso que asuma un adecuado y eficaz programa de formación misionera, con 
    su correspondiente aplicación en servicios misioneros concretos en la parroquia.
    Conclusiones

    1.- La dimensión misionera es esencial en la naturaleza de la Parroquia y 
    en la Evangelización. Por ello, lo misionero universal ha de reflejarse en todos sus miembros, en las estructuras parroquiales y en sus diversas acciones pastorales. Es necesario, entonces, que la Parroquia refuerce su opción de hacerse misionera para ser cristiana. Así realizará fielmente su 
    misión evangelizadora hacia todas las gentes

    2.- La renovación de los pastores y de los agentes de pastoral es decisiva 
    para la renovación de las comunidades 
    (Cf EA 41)

    3.- En la Diócesis y en cada Parroquia hemos de asumir con prioridad la 
    Pastoral misionera (y dentro de ellas a las Obras Misionales Pontificias9, asignarle los correspondientes recursos para que cumpla bien su importante servicio, trabajando en comunión con la Comisión Diocesana de Misiones (Cf NMA 70)

    4.- La fe se fortalece dándola. La misionariedad de la Parroquia se muestra en sus comunidades eclesiales vivas, dinámicas y misioneras; en el envío de misioneros; en la ayuda espiritual y material a la misión ad gentes; y en el vigor de su pastoral misionera.

    5.-Fortalecer y apoyar el Equipo Parroquial de Misiones es decisivo para promover y animar la pastoral misionera en la Parroquia, coordinada por el Consejo de Pastoral. Así se asumirá una adecuada programación misionera parroquial.

    6.-Parte importante de la misión que tiene la parroquia es la de preparar 
    misioneros, enviarlos a misión ad gentes, acompañarlos y apoyar su adecuado retorno a la parroquia.

    Notas
    (1) GIGLIONI, Pablo. "Teología Pastorale Missionaria", Librería Editrice 
    Vaticana, 1996, ver pp 53-60
    (2) Ver desarrollo de la Iglesia, misterio, comunión y misión en el Sínodo de 
    Obispos de 1985, en Pastores Dabo Vobis, Christi Fideles aici y Redemptoris 
    Missio.
    (3) Ver comentarios en la Redemptoris Missio op.c. n23-24 sobre Mt 28,18-20; cf 
    Mc 16,15-18; Lc 24,46-49; Jn 20,21-23.
    (4) Shokel, L, "Como el Padre me envió, yo os envío", Sal Terrae, Santander, 
    1997, ver pp 61-73
    (5) CELAM, Documento de la III Conferencia del Episcopado latinoamericano, 1979, 
    que en adelante abreviaremos con DP.
    (6) Ver Floristan, Casiano, "Teología Práctica", Ec. Sígueme, Madrid, 1991, pp 
    609-612, tipologías de parroquia. Igualmente, ver en !La Parroquia del Tercer 
    Milenio", CELAM.
    (7) CELAM, IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Nueva 
    evangelización, promoción humana, Cultura Cristiana, Conclusiones. Ediciones 
    CELAM 1992. En adelante lo abreviaremos con SD.
    (8) Juan Pabo II, Exhortación apostólica postsinodal "Ecclessia in America", 22 
    de enero de 1999, que en adelante abreviaremos con EA.
    (9) Juan Pablo II, Carta apostólica "Novo Millenio Ineunte", del 6 de enero de 
    2001, que en adelante abreviaremos NMI.
    (10) Es la orientación que se nos da en los documentos eclesiales recientes. Ver 
    toda la Ecclesia in America, que retomó la Novo Millenio Ineunte y el plan 
    global de CELAM
    (11) Uriarte, Juan María, "La animación misionera, elemento primordial de la 
    pastoral ordinaria", en Obras Misionales Pontificias, La Misión universal de la 
    Iglesia y la Educación de la Fe, Editorial Verbo Divino, Pamplona, 1994. Comenta 
    RMi 83 y ofrece criterios pastorales para la organización de la pastoral 
    misionera en la comunidad.
    (12) Esquerda, Juan. "Teología de la Evangelización", Ed BAC, Madrid, 1995, pp 
    335-364
    (13) En el Código de Derecho Canónico de 1983, cánones 756-792, presenta la 
    naturaleza misionera de la Iglesia, las responsabilidades diversificadas dentro 
    de la misión y normas para su realización. Ver bibliografía al respecto en 
    Esquerda J, "Teología de la Evangelización", BAC, Madrid 1995, p.73
    (14) En varias naciones se promueve la participación comunitartia parroquial a 
    través de Comités, Equipos o Consejos, entre los cuales estaría el Equipo 
    Parroquial de Misiones. Ver Conferencia Episcopal de Colombia, Directorio 
    Nacional de Pastoral Parroquial, 1984, n 878
    (15) CELAM, Plan Global 2003-2007, Ed CELAM, Bogotá, 2003, Proyecto 5.1 
    "Parroquia y Nueva Evangelización"

    Parte II Guía Práctica
    Contenido:


    Introducción:El camino para que hagamos misionera nuestra parroquia.
    1.- Misión “Ad Intra”: La Misión empieza por casa
    2.- Pastoral Misionera: Ensanchando horizontes...
    3.- Misión “Ad Extra”: Mas allá de las fronteras...

    Introducción
    El objetivo del presente subsidio es dar algunas ideas y orientaciones para llevar a cabo el proceso para que “hagamos misionera nuestra Parroquia”[1], conduciéndola hacia un estado de misión permanente. Está basado en el camino recorrido por algunas Parroquias de nuestra Arquidiócesis y de otras Diócesis de nuestro país. Se entiende que lo aquí propuesto no es el único camino, sino una propuesta que podrá ser asumida por las Parroquias, adaptándola a sus distintas 
    realidades y a los diversos grados de avance que ya hayan realizado en este sentido, o que podrá dar una idea para elaborar el propio camino que seguirá la Parroquia. Hay Parroquias que ya llevan recorrida buena parte de este camino, por lo que tal vez algunos pasos ya hayan sido dados y deban ser obviados.

    El Camino para que “hagamos misionera nuestra Parroquia”
    Leemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles que, cuando Jesucristo realizó 
    el Mandato Misionero, les trazó un itinerario gradual en tres pasos: “Serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la 
    tierra” (He 1,8)

    El programa comprendía tres momentos:

    1. Aquí: En Jerusalén
    2. Allí: En Judea y Samaría
    3. Allá: Hasta los confines de la tierra

    No los lanzó de golpe hasta los confines del mundo, sino que les propuso comenzar con un horizonte concreto y limitado, para irlo ampliando poco a poco hasta llegar a la total apertura universal.

    De la misma manera, el camino misionero de la Parroquia, puede ser planteado siguiendo un esquema similar, comenzando por “aquí” en la Parroquia, siguiendo “allí” ensanchando un poco el horizonte para ir abriendo la mirada hacia la misión universal, para terminar “allá” lanzándose a la misión más allá de las fronteras. Los tres “escalones” de este camino en pasos sucesivos (aunque no 
    estrictamente secuenciales) serían los siguientes:

    1.- Misión “Ad Intra”: La Misión empieza por casa
    “Cada Parroquia ha de renovarse en orden a aprovechar la totalidad de sus potencialidades pastorales para llegar efectivamente a cuantos le están encomendados. Con sus organismos e instituciones, ha de asumir decididamente un estado de misión permanente, en primer lugar dentro de su propio territorio, dado que la parroquia es para todos los que integran su jurisdicción, tanto para los ya bautizados, como para los que todavía ignoran a Jesucristo, lo rechazan o prescinden de El en sus vidas” (NMA 72) [2]

    El primer paso para que “Hagamos misionera nuestra Parroquia”, es comprender que 
    “La misión empieza por casa”, como lo afirma Pablo VI: “Evangelizadora, la Iglesia comienza por evangelizarse a sí misma” (EN 15)[3]. Pero esto no implica necesariamente la organización de una “Gran Misión” que conlleve un esfuerzo desgastador que a la larga se termine abandonando, sino de asumir un estilo pastoral de evangelización continua, que el documento de la Conferencia 
    Episcopal Argentina, “Navega Mar Adentro” define como “estado de misión permanente” (NMA 72). Aquí también habrá una serie de pasos sucesivos a dar:

    1.1. Formación de los agentes evangelizadores
    1.2. Conocimiento de la Jurisdicción Parroquial
    1.3. Comienzo de la Evangelización
    1.4. Misión Permanente

    1.1.- Formación de los agentes evangelizadores:

    Para llevar adelante esta acción 
    evangelizadora, la parroquia debe “aprovechar la totalidad de sus 
    potencialidades pastorales” y realizarla “con sus organismos e instituciones” (NMA 72).
    Podrá conformarse inicialmente un equipo de misioneros parroquiales con aquellos agentes pastorales con más condiciones e inquietudes misioneras, pero entendiendo que con el tiempo, esta responsabilidad deberá extenderse a toda la comunidad. Así lo afirma Juan Pablo II en Novo Millennio Ineunte: esta acción misionera “no podrá ser delegada a unos pocos especialistas, sino que acabará por implicar la responsabilidad de todos los miembros del Pueblo de Dios 
    (...) Es necesario un nuevo impulso apostólico que sea vivido, como compromiso 
    cotidiano de las comunidades y de los grupos cristianos” (NMI 40)[4]. Por supuesto, cada comunidad, grupo, movimiento o asociación de la Parroquia, participará de esta misión permanente de acuerdo a sus carismas particulares. 
    Esto es: el Grupo de Oración no tiene necesariamente que salir a “tocar puertas” 
    si no es parte de su carisma, pero sí participará de la misión orando por la 
    misma.
    Pero para ello, estos agentes pastorales deberán formarse adecuadamente, en los 
    aspectos doctrinales, de espiritualidad y didácticos. Así lo entendían las 
    Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización de 1990: “Para potenciar el 
    protagonismo de los laicos en la evangelización, se reclama una formación 
    profunda, completa y actualizada” (LPNE 3) [5]
    A tal efecto, cada Parroquia puede organizar esta formación utilizando recursos propios (agentes pastorales formados en este sentido) o participando de instancias formativas (cursos, talleres, etc.) ofrecidos por otros organismos e 
    instituciones de la Arquidiócesis que brindan este servicio. Como materiales a 
    utilizar para esta formación, pueden mencionarse los documentos misioneros del 
    magisterio de la Iglesia: Decreto Conciliar “Ad Gentes”, Exhortación Apostólica Post Sinodal “Evangelii Nuntiandi”, Carta Encíclica “Redemptoris Missio”, el Instrumento Preparatorio del 3º Congreso Misionero de Salta y la cartilla: 
    “Hagamos misionera nuestra Parroquia. Parte III: Formación de los Misioneros” 

    1.2.- Conocimiento de la Jurisdicción Parroquial:

    Entendiendo que “la parroquia es para todos los que integran su jurisdicción, tanto para los ya bautizados, como para los que todavía ignoran a Jesucristo, lo rechazan o prescinden de El en sus vidas” (NMA 72), “la Iglesia no debe quedarse tranquila con los que la aceptan y siguen con mayor facilidad”. Por ello, “sin descuidar la atención de los cercanos, debe salir al encuentro de los que están alejados” (SD 131) [6]. 
    “No podemos contentarnos con esperar a los que vienen (...) Por lo tanto, 
    imitando al buen Pastor que fue a buscar a la oveja perdida, una comunidad 
    evangelizadora se siente movida continuamente a expandir su presencia misionera en todo el territorio confiado a su cuidado pastoral” (NMA 93b)

    Pero para poder planificar una acción evangelizadora efectiva para todos los que 
    integran la jurisdicción parroquial, es preciso, primero, conocer a todas las 
    familias que viven en ella. “Mis ovejas conocen mi voz, yo las conozco y ellas 
    me siguen” (Jn 10,27). La mejor manera de realizar esto, es mediante un censo 
    parroquial con el objetivo de obtener información acerca de las familias que 
    viven en la jurisdicción, principalmente en cuanto a su situación social, 
    religiosa, necesidades pastorales, etc.

    Lo primero que debería conseguirse es un plano general de la zona, donde figuren 
    los nombres de todas las calles y marcar en el mismo la jurisdicción de la 
    Parroquia. Conviene dividir la jurisdicción en zonas o sectores (numerando 
    cada una de ellas), para una mejor organización de la acción evangelizadora[7]. 
    Dependiendo de la extensión del territorio y la cantidad de agentes pastorales, 
    podrá optarse por una de las siguientes alternativas:
  • Abocar todos los agentes pastorales a un sector y una vez concluido el censo en este sector, pasar al siguiente, y así sucesivamente hasta completar toda la extensión de la parroquia

  • Distribuir los sectores entre los distintos grupos, asociaciones y 
    movimientos de la Parroquia, o entre los equipos que se conformen para tal fin, 
    y realizar el censo de manera conjunta en todos los sectores.

  • U otra modalidad que se adapte mejor a la parroquia.

  • Para una mejor organización, conviene habilitar un fichero en la Parroquia en el cual se registrarán, en fichas separadas, los datos de importancia de cada 
    familia. Algunos datos que conviene registrar son: Nombre de la familia, 
    religión/creencia del grupo familiar, integrantes (nombres, edades, situación 
    sacramental, etc.), realidad económica, situaciones particulares (enfermos, 
    etc.). El hecho de registrar en fichas separadas, permitirá la actualización de 
    estos registros en momentos posteriores.

    Conviene también que se aproveche esta visita para llevar a las familias una 
    carta del Párroco, en la cual, además de hacer llegar su saludo fraterno, se 
    explicará el motivo de la visita y el por qué del censo, invitando a la familia 
    a acercarse a la Parroquia[8].

    1.3.- Comienzo de la Evangelización:

    Una vez conocida la realidad pastoral de la Parroquia, se pueden planificar acciones evangelizadoras adaptadas a las 
    necesidades de cada uno de sus destinatarios. En este sentido se distinguirán tres situaciones bien diferenciadas de los destinatarios de la evangelización:
  • En primer lugar, viven en la jurisdicción parroquial, personas que aún no conocen el nombre de Jesús. Por ello la acción evangelizadora no se limita a revitalizar la fe de los creyentes rutinarios, sino que “busca también anunciar a Cristo a todos aquellos que no lo conocen” (cfr EA 71) [9] dirigiendo hacia ellos acciones concretas de primera evangelización (cfr RMi 33a)[10]. A ellos es preciso “predicarles en forma viva y alegre, el kerigma” (SD 131) [11].

  • En segundo lugar, una importante parte de las personas que viven en la 
    jurisdicción parroquial, “aún siendo bautizados, han perdido el sentido vivo de 
    la fe o incluso no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una 
    existencia alejada de Cristo y de su Evangelio” (RMi 33b). A ellos también es 
    preciso predicarles el kerigma, invitándolos a una renovación de su fe y a un encuentro profundo y verdadero con Jesucristo, facilitando su integración a la 
    comunidad parroquial. Esto es lo que se conoce como nueva evangelización[12]. 

  • En tercer lugar, están los cristianos que viven activamente su fe y 
    participan de la vida parroquial. Con ellos, es preciso mantener un contacto 
    permanente, ayudándolos a perseverar y crecer en la fe, especialmente a los 
    enfermos, a los ancianos y a todos aquellos que, por alguna razón se 
    encuentran impedidos de participar activamente de las actividades 
    parroquiales. A ellos también se dirigirá la acción de Pastoral Misionera, 
    descripta más adelante en el paso 2.



  • 1.4.- Misión Permanente:

    Con el tiempo, este contacto con las familias de la Parroquia mediante las visitas, debe volverse una realidad cotidiana, en lo que se llama “estado de misión permanente”. Por supuesto que llegar a este estado demandará un tiempo considerable, durante el cual, el número de agentes evangelizadores deberá incrementarse para llegar a ser suficiente para cubrir toda la extensión de la Parroquia. Hasta llegar a este punto, posiblemente se habrán experimentado con diversas formas de sectorización de la jurisdicción parroquial, y con diversas formas de distribución de las mismas entre los agentes pastorales. Aquí también son válidas distintas formas de organización:
  • Algunas Parroquias , cuando han encontrado la forma de división en sectores que más conviene a su jurisdicción, asignan los sectores a los distintos grupos, movimientos, apostolados o comunidades eclesiales que funcionan en la misma. Claro está, que no necesariamente todas las comunidades de la Parroquia 
    realizan este trabajo de visitas, sino tan sólo aquellos que su carisma así lo contempla. Por ejemplo, comunidades tales como Grupos de Oración, pueden considerar que su carisma no incluye el “salir” a predicar, sino el apoyar la predicación de los demás con la oración, lo cual es totalmente válido. Lo importante es que todas las comunidades que integran la Parroquia cooperen de una manera u otra con la misión permanente, ya sea con la acción misionera específica, o mediante la cooperación espiritual o material, o colaborando en la formación u otras formas de animación misionera. 

  • Otras Parroquias, constituyen un “equipo misionero permanente” conformado por personas de diversas comunidades de la misma, que sin dejar de pertenecer a 
    sus comunidades, asumen el compromiso concreto de la visita permanente a las 
    familias de la jurisdicción.


  • Para mantener el estado de misión permanente, es de gran importancia la 
    realización de visitas a lo largo de todo el año, acompañando los ciclos del año 
    litúrgico, e intensificando las visitas en momentos determinados del año, como 
    ser Cuaresma, Adviento, la preparación de la Fiesta Patronal de la Parroquia, 
    etc. Estas visitas periódicas, permiten establecer y mantener un nexo entre los 
    distintos apostolados de la Parroquia y la Comunidad, puesto que al estar en 
    contacto directo con la gente (sobre todo con la que no “viene” al templo) 
    podrán detectar necesidades de las familias que serán luego derivadas a los 
    demás grupos y apostolados, según su carisma: por ejemplo detectarán enfermos 
    que luego serán visitados por la Legión de María, Ministros de la Eucaristía o 
    Pastoral de la Salud, necesidades sacramentales que serán atendidas por los 
    catequistas, necesidades materiales que serán atendidos por Cáritas o Pastoral 
    Social, etc. 
    El cometido principal de esta tarea misionera, no es crear una dependencia 
    "subsidiaria" de los fieles con respecto a la Parroquia, de manera tal que se 
    acostumbren a ser visitados por la "gente de la parroquia", sino motivarlas 
    permanentemente a integrarse activamente al apostolado y a la misión de la misma 
    y a asumir un compromiso misionero concreto en la Iglesia. De esta manera, 
    formar pequeñas comunidades de familias generalmente del mismo vecindario donde 
    tenga lugar un encuentro humano interpersonal para que sus integrantes se 
    sientan hermanos amados, tenidos en cuenta, creciendo en la fe, dando testimonio 
    de Cristo Resucitado. Así, la Parroquia se descentraliza, porque ya no es el 
    pueblo el que viene al templo, sino la Iglesia misma que va al pueblo y “que se 
    encuentra entre las casas de los hombres”.... (SF 58) 

    Otra expresión de la misión permanente, consiste en “aprovechar los momentos de 
    contacto que los bautizados mantienen con la Iglesia, tales como el bautismo de 
    sus hijos, la primera comunión, la confirmación, la enfermedad, el matrimonio, 
    las exequias, para descubrirles la novedad siempre actual de Jesucristo” (SD 
    131). 

    Además, suele ser recomendable que cada cierto tiempo se realicen actividades 
    extraordinarias de misión, con visitas intensivas, convocatorias masivas, 
    misiones populares, retiros de evangelización, etc.


    2.- Pastoral Misionera: Ensanchando horizontes...

    Ya sea después de haber completado el paso anterior, o en paralelo, puede 
    avanzarse en la Pastoral Misionera, que busca interesar a los bautizados en la 
    misión y motivarlos a participar o colaborar con ella. La acción de la Pastoral Misionera no se dirige a los no creyentes ni a los cristianos alejados, sino a los cristianos que participan de la vida comunitaria parroquial. Esto se realiza mediante las siguientes acciones:

    2.1. Animación Misionera
    2.2. Cooperación Misionera
    2.3. Formación Misionera
    2.4. Comunión y Organización Misioneras

    2.1.- Animación Misionera: 

    Procura suscitar, avivar y sostener el espíritu misionero universal de todos los bautizados, de manera que se interesen por las misiones y nazcan así vocaciones misioneras, o cooperen con ellas. Algunas 
    ideas para realizar la animación misionera son las siguientes:

  • Organizar encuentros, charlas, jornadas y exposiciones misioneras en 
    la Parroquia, en los cuales se informe acerca de la vocación misionera, y de las 
    distintas formas en las que se puede cooperar con las misiones.

  • Mantener en la Parroquia una cartelera misionera, a través de las 
    cuales se informe de las necesidades de evangelización y las actividades de los 
    misioneros en todo el mundo.

  • Dar testimonio ante la comunidad acerca de las experiencias misioneras 
    desarrolladas por la Parroquia.

  • Organizar actividades especiales como Horas Santas misioneras ante el Santísimo Sacramento, Celebraciones con tinte misionero, Rosarios Misioneros, 
    etc. 

  • Fomentar el rezo del Rosario Misionero.

  • Difundir materiales y revistas misioneras.

  • Animar a la comunidad durante el Octubre Misionero, y especialmente en 
    la DoMund (Jornada Mundial de las Misiones, que se lleva a cabo el 2º domingo de 
    Octubre), promoviendo la Colecta Misionera.

  • Mantener correspondencia con algún misionero que esté en tierras lejanas, especialmente con los de nuestra Arquidiócesis.

  • Fomentar e incentivar las vocaciones misioneras que pudieran surgir en 
    la propia comunidad.


  • 2.2.- Cooperación Misionera:

    Es el servicio mediante el cual, todos, aún cuando su situación de vida no les permita realizar una actividad misionera específica, pueden colaborar con ésta, desde su propio lugar. La cooperación misionera permite que todos los miembros de la Parroquia participen y colaboren activamente con la misión universal de la Iglesia. Esta cooperación misionera se realiza de dos maneras:
  • Cooperación Espiritual: la oración y el sacrificio ofrecido por los misioneros, son el motor de la misión y la fuente de gracias y fuerza para los misioneros. Si bien todo el pueblo de Dios está llamado a la cooperación espiritual, éste puede ser el campo específico misionero para los Grupos de Oración, y para los enfermos y ancianos. Para estos últimos, existe un apostolado específico que es el de Enfermos y Ancianos Misioneros, que busca motivar a los enfermos y ancianos a hacerse protagonistas de la misión mediante el ofrecimiento de sus sacrificios y su oración. A este apostolado están llamados principalmente los ministros de la Eucaristía, legionarios de María, agentes de Pastoral de la Salud, etc. [13] 

  • Cooperación Material: la colaboración con dinero u otros bienes, constituye un 
    aporte fundamental para el sostenimiento de las misiones y los misioneros. 
    Ocasión especial para fomentar la cooperación misionera son: la Jornada 
    Mundial de las Misiones, ya mencionada anteriormente, en la cual todas las 
    Parroquias están invitadas a ofrecer la colecta de las misas dominicales a 
    favor de las misiones, y la Colecta Pro Afris que se realiza el 6 de enero. 
    También se puede promover la cooperación material invitando a los fieles a 
    colaborar con dinero, mercaderías u otros bienes, para las actividades 
    misioneras que organiza la parroquia o los grupos misioneros.


  • 2.3.- Formación Misionera:

    Otro servicio de la Pastoral Misionera, consiste en la formación permanente de los agentes evangelizadores. Para ello pueden 
    organizarse cursos, talleres, charlas formativas, etc. Existe para esta 
    formación, abundante material específico de formación misionera.

    2.4.- Comunión y Organización Misioneras: 

    Favorece que todas las personas que 
    estén particularmente interesadas en una acción misionera más comprometida, se 
    asocien en grupos o comunidades específicamente misioneras. Algunas de las 
    posibilidades de organización misionera son:
  • Infancia y Adolescencia Misionera: Conforman grupos de niños (4 a 11 años) y 
    de adolescentes (12 a 17 años) en los que se los forma y anima misioneramente y se les brinda la oportunidad de realizar un servicio misionero. Normalmente se conforman en Parroquias o Escuelas. 

  • Grupos Misioneros: Son grupos de jóvenes y/o adultos, que realizan una 
    actividad misionera concreta “más allá de las fronteras” de su parroquia y/o de su Iglesia Particular. 

  • Familias Misioneras: Conforman grupos de matrimonios que procuran vivir en 
    comunidad la vocación misionera de la familia y buscan realizar un servicio 
    misionero concreto. 

  • Enfermos y Ancianos Misioneros: También los enfermos y ancianos que están 
    limitados por su enfermedad, pueden participar de la misión de la Iglesia 
    mediante la cooperación Misionera. En varias Parroquias, existen servidores que animan a los enfermos y ancianos (visitándolos periódicamente) a orar y ofrecer sus sacrificios por las misiones y los misioneros. 

  • Grupos de Oración por las Misiones: Son grupos con el carisma de la oración, 
    que dedican su oración específicamente a pedir por las misiones, por los 
    misioneros, y por la conversión de los no cristianos. 

  • Obra San Pedro Apóstol: Busca sensibilizar al pueblo cristiano sobre el 
    problema de la formación del clero local en las “Iglesias jóvenes”. Realiza una obra de información y sensibilización al respecto, que se traduce en la recaudación de fondos para apoyar la formación de seminaristas y religiosos en tierras de misión, mediante la colaboración de los fieles a través de becas, “padrinazgos” u otros medios.


  • El órgano por excelencia de comunión y organización misionera en la Parroquia es el Equipo Parroquial de Misiones, cuyas funciones y actividades se describieron ampliamente en el folleto “Hagamos misionera nuestra Parroquia. Parte I: La Pastoral Misionera en la parroquia”

    3.- Misión “Ad Extra”: Mas allá de las fronteras....

    “Tengo además otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también 
    conducir; ellas oirán mi voz y así habrá un solo rebaño y un solo Pastor” (Jn 
    10,16). Una Parroquia Misionera sabe que ha sido enviada a anunciar la Buena Noticia 
    “por todo el mundo” (Mc 16,15), “a todos los pueblos” (Mt 28,19), “hasta los confines de la tierra” (He 1,8). Esto implica que no debe encerrarse en los límites parroquiales, sino que está llamada a “ir más allá de sus propias fronteras”. En este sentido, llegará un momento en que la Parroquia trascenderá sus propias fronteras para prestar un servicio evangelizador a otras comunidades 
    más necesitadas. Esto puede hacerse de diversas maneras (no son pasos 
    secuenciales):

    3.1.Colaboración con otras Parroquias en su proceso de “hacerse misioneras”: 
    No todas las Parroquias avanzan al mismo ritmo en su organización misionera. 
    Aquellas parroquias que ya tienen un camino misionero recorrido, están llamadas 
    a apoyar a otras a realizarlo, comenzando por otras parroquias del mismo 
    decanato.

    3.2.- Actividades Misioneras “más allá de las fronteras” parroquiales: Esto lo 
    realizan mediante el envío de Grupos Misioneros que desarrollan sus actividades 
    en otras jurisdicciones parroquiales más necesitadas, dentro de la misma 
    Arquidiócesis o fuera de ella.

    3.3.- Envío de Misioneros Ad Gentes: En este sentido, la IV Conferencia General 
    del Episcopado Latinoamericano reunida en Santo Domingo, indicó entre sus líneas 
    Pastorales, que la Iglesia Particular debe “Asumir con valentía el envío 
    misionero, ya de sacerdotes como de religiosos y laicos. Coordinar los recursos 
    humanos y materiales que favorezcan los procesos de formación, envío, 
    acompañamiento y reinserción de los misioneros” (SD 128)

    Notas 
    [1] Ver el folleto “Hagamos misionera nuestra Parroquia. Parte I: Las Pastoral 
    Misionera en la Parroquia”, elaborado por la Arquidiócesis de Salta como 
    subsidio formativo para el año 2004 “Año de la Misión”
    [2] Conferencia Episcopal Argentina, Documento “Navega Mar adentro”, 2003, en 
    adelante abreviado NMA
    [3] Pablo VI, Exhortación Apostólica Post Sinodal sobre la Evangelización del 
    mundo contemporáneo “Evangelii Nuntiandi”. Año 1974. En adelante, abreviada EN
    [4] Juan Pablo II, Carta Apostólica “Novo Millennio Ineunte” del Sumo Pontífice 
    al Episcopado, al Clero y a los fieles al concluir el gran Jubileo del año 2000. 
    En adelante abreviado NMI
    [5] Conferencia Episcopal Argentina, “Líneas Pastorales para la Nueva 
    Evangelización”, año 1990. En adelante abreviado LPNE
    [6] Conclusiones de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, 
    reunida en Santo Domingo, en 1992. En adelante abreviado SD
    [7] Ver el capítulo 5 del “Manual de los Misioneros de Manzana”, Héctor 
    Pinamonti
    [8] Ver el capítulo 7 del “Manual de los Misioneros de Manzana”, Héctor 
    Pinamonti
    [9] Juan Pablo II, Exhortación apostólica post sinodal “Ecclesia in América”, 
    sobre el encuentro con Jesucristo vivo, camino para la conversión, la comunión y 
    la solidaridad en América. Año 1999. En adelante abreviado EA.
    [10] Juan Pablo II, Carta Encíclica “Redemptoris Missio”, sobre la validez del 
    mandato misionero. Año 1990. En adelante abreviado Rmi.
    [11] Respecto a la temática de este primer anuncio, consultar el folleto 
    “Hagamos misionera nuestra Parroquia. Parte III: Formación de los Misioneros” 
    [12] Respecto a la temática y metodología de la nueva evangelización, consultar 
    el folleto “Hagamos misionera nuestra Parroquia. Parte III: Formación de los 
    Misioneros”.
    [13] Al respecto, ver el “Manual de los Servidores de los Enfermos y Ancianos 
    Misioneros” y el “Manual del Enfermo y el Anciano Misionero” 

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